Conciertos en Valencia

No muchas ciudades pueden afirmar que su música ha sido declarada Patrimonio de la Humanidad además de ser Ciudad Musical Internacional, pero Valencia es una de ellas. La diversidad cultural de esta viva ciudad se refleja en su música, siendo un elemento cultural clave del lugar. Desde lo tradicional del cant valencià hasta lo más contemporáneo, Valencia ofrece una escena musical que merece la pena no perderse, atrayendo a miles de turistas a sus festivales de música reconocidos como el FIB o el Rototom Sunsplash en un ambiente mediterráneo y festivo.

Valencia es una ciudad diversa que ha sido y continúa siendo una cuna excepcional para su escena musical, dejando una marca en la cultura de la región y traspasando fronteras. Desde sus sonidos más tradicionales del folklore del cant valencià hasta los géneros más actuales como el rock, pop, indie, hip-hop, urbano, electrónica, flamenco, música de autor y jazz, Valencia recoge la variedad musical en el entorno mediterráneo de una de las ciudades más prometedoras de Europa donde su evolución sonora a lo largo de la historia ha marcado diferentes etapas como te contamos a continuación.

Valencia presume de su rica historia musical, con un folklore tradicional de tradición oral y origen popular que conforma un elemento perenne del patrimonio artístico y cultural de la ciudad. El Patrimonio Cultural de la Comunitat Valenciana establece que forman parte del patrimonio cultural valenciano las expresiones de las tradiciones del pueblo valenciano en sus diversas manifestaciones, musicales, artísticas, gastronómicas o de ocio, y en especial las que se han transmitido de forma oral.

Actualmente, este legado de costumbres antiguas se manifiesta en una riqueza del  folklore valenciano destacado a nivel nacional. Además, su influencia trasciende el ámbito de la música culta, ya que sirve de inspiración y materia prima para artistas contemporáneos, así como para integrar a los miembros de la sociedad de Valencia en la propia música de diferentes formas artísticas y singulares. En las fiestas populares como las Fallas y La Magdalena no dejan de sonar las melodías de la jota, el pasodoble y la muixeranga, la impresionante expresión festiva tradicional que combina elementos acrobáticos y coreográficos que deja boquiabierto a quien lo presencie. 

De esta forma, se consigue transportar a los visitantes y los propios valencianos a otros tiempos a través de sonidos que han sido preservados y celebrados durante generaciones, sirviendo como una conexión vívida con la identidad cultural de la ciudad. 

En contraste, los años 60 significaron un periodo para la música valenciana en el que la sociedad comenzó a asimilar nuevas tendencias culturales tras una posguerra dura y cansada y desde una mejora moderada de las condiciones de vida. Así, gran parte de la juventud valenciana siente una pequeña sensación de rechazo a la cultura oficial, lo que provoca una reacción ávida ante la llegada de corrientes culturales nuevas como el rock.

Las autoridades del Régimen franquista adoptaron una postura ambigua hacia los conjuntos de pop-rock, y aunque se les facilitó un local para desarrollar sus actividades conocido como el Club Universitario, también afrontaron dificultades por parte de las autoridades como la censura y obstáculos burocráticos, como el requisito del “carné de músico”. 

Así, este primer foco de fanáticos del rock se pudo extender hasta los años 70 donde encontramos una base firme de músicos y aficionados del género, con grupos pioneros como Los Milos, Los Caliope, Los Pantalones Azules, Los Top Son, Los Huracanes, Els 4Z o Bruno Lomas. 

Para finales de los setenta e inicios de los años ochenta, se había adoptado un enfoque vanguardista para las discotecas valencianas alejándose de géneros convencionales y abrazando el “Indie Dance”, destacando La Barraca como epicentro. Aquí, géneros como el Post Punk y la New Wave ganaron visibilidad marcando un cambio en la escena musical de Valencia, y los entusiastas encontraron en La Barraca y en las otras muchas discotecas un ambiente emblemático y ecléctico distinto de la música a la que estaban habituados donde poder bailar rock y pop underground a todo volumen.

Una de las costumbres que reafirmaba su deseo de permanecer indies y alternativos consistía en que el DJ rompía en pedazos el disco más popular del momento y los lanzaba al público.

Además, aunque solo se suele hablar de la movida madrileña, Valencia contó con su propia moguda valenciana de grupos de nuevos románticos y posmodernos entre finales de los setenta y principios de los ochenta, como Glamour o Vídeo, con una puesta en escena mucho más elaborada que la gran parte de grupos de toda España, además de grupos como TV Soviética, Taxidermia Mental, Paracuellos Bar o Aspirantes a la horka.

El éxito de la “ruta del Bakalao” de las discotecas valencianas llegó a congregar desde treinta hasta cincuenta mil personas en un fin de semana. Cada discoteca presentaba su identidad musical y estilos que evolucionaban con el tiempo y los cambios en los gustos musicales del momento. Desde el ecléctico pop-rock alternativo de La Barraca, la atmósfera siniestra y el cuero de Chocolate, la combinación de ambos de Spook, hasta la apuesta por una agenda vanguardista de ACTV cuando la calidad musical de otras discotecas comenzaba a disminuir.

Todo ello llevó a los años dorados de la ruta valenciana, donde los parkings de las discotecas se convirtieron en el punto de encuentro por excelencia para disfrutar de una buena paella tras una larga fiesta donde reinaba el buen rollo y alguna que otra sustancia ilegal, según dicen algunos de los que vivieron este momento. Así, gran parte de la música pinchada se convirtió en mezclar aquellas canciones anglosajonas y nacionales más notorias del momento con un toque electrónico oscuro.

De forma paralela, los grupos de la moguda valenciana seguían sacando temas, y el gran destacado del momento fue ‘Así me gusta a mí’ de Chimo Bayo en 1991, aunque habría que destacar el grupo Megabeat y, a la vez, la “fase destroy” de las discotecas con lemas que se podían leer en baños o carteles como “que no pare la fiesta…”, “...vivir sin dormir” o “tengo que sobrevivir a este fin de semana”. Así, la escena indie llegó a salir en la tele con reportajes, haciendo que el espíritu underground se estancara.

Aunque la música electrónica pisó fuerte en los 90, los años 2000 y 2010 también se caracterizaron por una escena musical que mezclaba el rock con otros géneros como el rap, breakbeat, punk, ska y reggae, con mención especial a grupos como ZOO, La Gossa Sorda y Obrint Pas.

Actualmente, Valencia es uno de los sitios con más músicos por metro cuadrado con casI dos mil bandas y más de ciento cincuenta orquestas, considerando a Castellón como la terreta de los festivales españoles. Artistas como La Fúmiga, Blue Caravan, El Diluvi o Insoma enriquecen el panorama actual con música valencià.

Esta música se disfruta en vivo en las mejores salas de conciertos y auditorios de Valencia que continúan siendo los escenarios más icónicos por los que han pasado miles de artistas para compartir la magia de su sonido en directo.

SALAS DE CONCIERTOS EN VALENCIA

PALAU DE LES ARTS REINA SOFÍA

Ubicado en la Ciudad de las Ciencias y las Artes, el Palau de les Arts Reina Sofía es un espacio único, majestuoso y versátil que alberga todo tipo de eventos culturales, incluyendo ópera, teatro, danza y conciertos al aire libre, gozando de una programación diversa durante todo el año. Inaugurado en 2005, el edificio es una obra arquitectónica de Santiago Calatrava. Consta de una sala principal, un auditorio, el aula magistral y el teatro Martín y Soler, ofreciendo una variedad de opciones para diferentes funciones. Además, se encuentra rodeado de jardines cerca del río Turia, lo que añade significado a su arquitectura que recuerda a la forma de un pez.

PALAU DE LA MÚSICA

El Palau de la Música, inaugurado en 1987, es uno de los edificios musicales más prestigiosos a nivel nacional. Actualmente es la sede de la Orquesta de Valencia y atrae a más de quinientos mil espectadores anualmente, ya que alberga una variedad de eventos culturales, desde audiciones musicales hasta exposiciones y congresos. La acústica de su sala principal, la José Iturbi, es aclamada y elogiada por músicos de renombre internacional. Además, se ha ampliado con una tercera zona subterránea que aloja salas de ensayo y grabación y exposiciones.

PLAZA DE TOROS DE VALENCIA

La Plaza de Toros de Valencia erigida en la década de 1850 se alza en el corazón de la ciudad, junto a la estación del ferrocarril del Norte. Este edificio neoclásico destaca por su capacidad para cerca de doce mil ochocientos espectadores, además de ser el escenario principal de las corridas de toros durante las Fallas y la Feria de Julio y de competiciones deportivas. Pero también es sede de diversos eventos sociales relacionados con el cine, la ópera, el teatro y la música. Artistas como Melendi, Manuel Carrasco, Bad Bunny y muchos otros han deleitado al público en este histórico recinto.

AUDITORIO MARINA NORTE

Por otra parte, el Auditorio Marina Norte, que forma parte de La Marina de València, se sitúa cerca de los tinglados. Este espacio facilita la celebración de eventos masivos como conciertos o actuaciones al aire libre.

PALAU ALAMEDA

El Palau Alameda también se ha afianzado como uno de los destinos de referencia en València por su oferta diversa gastronómica. Pero es que esconde una joya en su interior, ya que cuenta con la llamada “La Sala”, un lugar espacioso perfecto para conciertos y eventos privados.

MATISSE CLUB

El Matisse Club es un club nocturno de música en vivo y destaca por poner el foco en una programación diversa y de calidad. Así, tienen el objetivo de deleitar al público creando experiencias íntimas donde los oyentes y los artistas compartan momentos especiales. La variedad de géneros musicales que se abarca es muy amplia e incluye música clásica, blues, reggae, jazz, swing, salsa, pop, rock, jam sessions y fiestas temáticas. Además, el club organiza pequeñas performances multidisciplinarias, exposiciones, paint-music, proyecciones, eventos de café teatro y masterclasses.

SALA MOON

La Sala Moon se declara como el destino para los verdaderos amantes de la fiesta en la ciudad. Con una amplia agenda de conciertos de los mejores grupos y sesiones de DJ en vivo, ofrecen la mejor música y ambiente en dos salas para los aficionados al house y la pachanga. Su acceso no es nada complicado ya que lo encontramos frente a la Estación de AVE Joaquín Sorolla, y garantiza una experiencia auténtica de la vida nocturna de Valencia.

SALA REPVBLICCA

La Sala Repvblicca, reconocida como la segunda mejor sala de conciertos a nivel nacional en 2003, ha sido el escenario de inolvidables actuaciones de artistas como Fito & los Fitipaldis, El Barrio, Ska-P, Loquillo y muchos más. Con una sala grande y otra más pequeña, es el lugar perfecto para una variedad de eventos desde conciertos hasta discotecas y celebraciones. Su acústica para saborear la música en directo es excepcional, y continúa ofreciendo temporadas de eventos y conciertos año tras año.

JERUSALEM CLUB

En pleno centro de la ciudad, junto Plaza España, encontramos el Jerusalem Club, el cual ha tenido muchos nombres. Este espacio reservado para la música en directo ha tenido el placer de acoger a artistas como Toteking.

SALA EL LOCO

La Sala El Loco es un reconocido espacio de conciertos en Valencia, ubicado en la calle Erudito Orellana. Con una programación casi a diario, ofrece una amplia gama de eventos que incluyen conciertos, actuaciones, monólogos, ciclos y festivales temáticos, brindando una oferta cultural variada a sus visitantes que disfruten de la música en vivo.

SALA BLACK NOTE

En la sala de conciertos Black Note se escucha sobre todo rock, R&B, soul, funk, groove y free style. abiertos desde 1993, la calidad musical es la clave de este espacio con conciertos y jam sessions en pleno barrio del Carmen.