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‘Malinche’ de Nacho Cano no es solo un musical

Una experiencia 360º en la que no faltará la música, una gran oferta gastronómica y muchas sorpresas

Son infinidad las historias que nos rodean. Mientras unas son olvidadas, otras se propagan de forma tan rápida como fugaz. Pólvora. Solo algunas consiguen instaurarse de forma casi permanente en nosotros. En lo que nos define. En lo que somos. 

Si hay algo en lo que todos estaremos de acuerdo, es que no hay historia sin personajes que la escriban, ni relato si no hay quién lo cuente. Son muchos los hitos que marcan nuestra historia y muchos los hitos que, del mismo modo, hacen lo propio con nuestro destino. 

Malinche fue y es una mujer amada en España y tomada como traidora en su propio país. Curioso. La considerada madre de la cultura mestiza, lo que a día de hoy nos gusta llamar pionera. Revolucionaria o incluso resiliente. 

No hay historia sin personajes que la escriban, ni relato si  no hay quién lo cuente.

‘Malinche, el musical de Nacho Cano’, cuenta la historia de cómo esta joven esclava fue vendida a los mayas. Y cómo tuvo uno de los primeros mestizos mexicanos con el conocido conquistador español Hernán Cortés. Muchos quizá duden de si están o no leyendo unas líneas que son realidad histórica y que, aunque romantizada, aparece retratada en un musical que nos permite conocer la llegada de los españoles a México

Representado en las instalaciones de IFEMA Madrid y con unas cifras que marcan el éxito precedido estos meses atrás, el espectáculo no es sino un despliegue de lo artístico. Se dice que son doce los años que el exmecano tardó en dar forma a un musical que hoy brilla por sí solo en la cartelera madrileña.

Un musical que nos permite conocer la llegada de los españoles a México.

Y es que, si algo tiene el musical es que no solo es un musical. Desde que entras en la carpa, tienes la sensación de estar inmerso en un país que no es el nuestro. En un mundo que es el suyo. Luces de neón, DJ, comida típica mexicana-española, y un post show que te animan a continuar la fiesta más allá de la función. El Templo Canalla lo llaman.

La complejidad de contenido resulta quizá la barrera principal que el musical debe franquear. Una historia densa y tan rica en matices, obligada a ser contada en dos horas, provoca un exceso de estímulos y una lluvia de ideas que en ocasiones pueden resultar inconexas. Aún así la ambición nunca fue pecado, y el resultado es grandilocuente y brillante.

Mención especial merecen sus números musicales. Temas como ‘México Mágico’ o ‘Hijo de la guerra’ suponen una reminiscencia a una historia pasada. Con Andrea Bayardo, Ignacio Galán, Adrián Salzedo, Olga Llorente, Javier Navares y Jesús Carmona entre el reparto, se hace todo un homenaje a la actuación, el arte y el flamenco que abarca este país de punta a punta. Ahora se entiende el trabajo de esos doce años. 

Un homenaje a la actuación, el arte, y el flamenco que abarca este país de punta a punta

La magia del musical ha logrado atraer a figuras como la de Juan Magán, que el próximo 31 de marzo y 1 de abril, actuará en las funciones nocturnas con el remix que ha compuesto junto a Nacho Cano: ‘Hijo de la Guerra’. Sin duda una de las canciones estrella del espectáculo.

Malinche escribió su propia historia. Nacho Cano decidió que debía ser contada. Y cantada.

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Las guerras de nuestros antepasados. Delibes hace pleno.

Hay algo especial en las novelas de Delibes que hace cosechar tanto éxito en los clubs de lectura, los colegios e institutos, la gran pantalla y hasta el escenario. Un qué sé yo que se une al talento natural del escritor artesano de palabras, fonemas e historias y que consigue ganarse al público y cubrirse de aplausos.

Estrenada el 25 de enero en el Teatro Bellas Artes, “Las guerras de nuestros antepasados” cuenta la historia de Pacífico Pérez, un recluso condenado por homicidio, al que a un psicólogo de la prisión le cuenta su vida, sus sentimientos y su pasado. A través de un extenso diálogo que le otorga un gran dinamismo a la obra, el espectador se adentra en la psique de Pacífico y en la relación con su padre, su abuelo y su bisabuelo. 

En contraste con la firmeza y la crueldad de estos hombres, Pacífico es un hombre cándido, de una sensibilidad casi enfermiza, que no busca librar ninguna batalla – ni siquiera la de su propia existencia – y que lejos de imponer sus propias normas, vive de acuerdo con sus propios valores y sus convicciones morales en una estabilidad pasmosa que no casa con la tradición familiar. 

Si Delibes es indiscutiblemente un factor destinado al éxito (lo hemos visto triunfando en escenarios de toda España con obras como “Señora de rojo sobre fondo gris”, “Cinco horas con Mario”, “Los Santos Inocentes” o “La hora roja”), el talento, la habilidad y el trabajo de fondo que hay detrás de la interpretación de Carmelo Gómez hace que el público quede prendado. Sin duda, estamos ante una de las mejores actuaciones teatrales de esta temporada. Y es que Pacífico es un personaje complicado de interpretar por su condición de enfermo, víctima de unos altibajos emocionales fuertes, que pasa de la pena a la más pura felicidad, de la ternura al llanto y de la melancolía propia del pasado a la esperanza que nos trae el futuro, aunque Pacífico tenga más de lo uno que de lo otro. También hay que añadir que el texto es complicadísimo de defender a causa de los vaivenes temporales del personaje al contarnos su propia historia, las frases que se entrecortan, las ideas que quedan suspendidas en el aire sin llegar a matizarse y el estar interrumpiendo constantemente su monólogo por las toses, las dificultades respiratorias y la angustia vital que siente y padece.

Carmelo Gómez, dotado de un talento inmensurable, nos presenta un personaje de una sensibilidad exquisita y una historia con mucho trasfondo y mucha filosofía. Actor, texto y personaje son una misma cosa.

La novela, publicada en 1975, no pudo escoger mejor momento para dar el salto a las librerías: la Transición. Como un libro bisagra, supone la perfecta frontera entre el viejo mundo y el que estaba por llegar. Sin embargo, la naturaleza humana siempre se abre camino. En un contexto como el actual con guerras presentes en Afganistán, Ucrania, Etiopía, Yemen, Israel y Palestina, la crispación política que atraviesa nuestro país, las guerras comerciales entre EE. UU. y China, los asesinatos y las protestas civiles en Perú o Brasil y la ocupación del Tíbet, esta obra toma un cariz especial, siendo su mensaje más necesario que nunca.

A lo largo de la obra, se nos presenta una sociedad enfrentada y violenta que necesita de las guerras de cualquier índole para poder vivir, como si de la guerra naciera un impulso vital tremendamente necesario para nuestra propia existencia.

El padre, el abuelo y el bisabuelo de Pacífico, marcados por la Guerra Civil, la de Marruecos y la última de las contiendas carlistas, respectivamente, no pueden concebir que el muchacho no tenga una guerra que librar y que nunca llega. La obsesión hecha diálogo: “Tu guerra debe estar al caer, Pacífico”. Surgen los cuestionamientos, las señalaciones y Esa Palabra: ¿Pacífico es maricón? ¿Es Pacífico un hombre realmente?  ¿Está sano mentalmente? ¿Qué le ocurre a este muchacho que detesta las guerras y la crueldad? 

Pacífico cae bien. Pacífico cae de puta madre. “Cada hombre tiene su guerra, lo mismo que tiene una mujer”, a tal conclusión llega el ingenuo Pacífico Pérez quien al final, sin comerlo ni beberlo, ajeno a una sociedad en la que no ha sabido ni querido integrarse, morirá aplastado por quienes dictan las normas y recorren los recovecos del sistema para su propio beneficio. Hecha la ley, hecha la trampa, que diría el refranero popular. Como nos pasa a muchos, desgraciadamente – añado yo –, porque… ¿Cuántos Pacíficos ha podido haber en la Historia de la Humanidad? ¿Cuántas personas deben regirse por unos convencionalismos sociales implantados con los que no concuerda? ¿Están marcados todos los Pacíficos por el mismo sino? 

Esta versión realizada por el prestigioso dramaturgo Eduardo Galán, que ha contado con el apoyo de Carmelo Gómez, natural de León, para adaptar la manera de hablar y hacerla más real, se erige bajo la batuta de Claudio Tolcachir, director de teatro argentino con una trayectoria envidiable tanto en Argentina como en el extranjero. Todo un equipo cohesionado que funciona a la perfección formado por Miguel Delibes, Claudio Tolcachir, Eduardo Galán, Jesús Cimarro, Carmelo Gómez y Miguel Hermoso. 

Una obra que sobresale por la maestría de la interpretación y el debate posterior que surge sobre la justicia, la moralidad y la ética, las nuevas masculinidades, la importancia de marcar la diferencia, el placer de vivir según nuestras normas y la necesidad de, en ciertas ocasiones, plantar un pie y defenderse.

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‘Tick, Tick… Boom!’: hay muchas formas de estallar

El Gran Teatro CaixaBank Príncipe Pío apuesta por un musical innovador y revolucionario

30. Los años que tenía Harrison Ford cuando le dieron su primer papel importante como secundario en ‘American Graffiti’: y de ahí a la historia del cine. 33. La edad que tenía Jan Koum cuando desarrolló Whatsapp, la aplicación por excelencia. 32.  Los años de J.K. Rowling cuando publicó ‘Harry Potter y la piedra filosofal’, la primera novela de una de las sagas más importantes hasta hoy. Hay vida después de los 30, y quien diga lo contrario, miente.

(…) como si los 30 fuesen una barrera imposible de franquear.

Aceptar que nuestro tiempo se acaba es probablemente el mayor de los retos al que se enfrenta el ser humano. A contrarreloj, sentimos como se esfuman nuestros sueños, y la frustración y la sensación de fracaso se apoderan de nosotros como si los 30 fuesen una barrera imposible de franquear. Como si no existiese margen de maniobra. Como si la resignación fuese la única opción. 

Sin embargo, en un mundo en el que imperan la ansiedad y el estrés, donde está de moda no arriesgarse y no salir de la zona de confort, hay quienes deciden aferrarse a sus sueños. A pesar de que estos suenen en nuestra cabeza como la cuenta atrás de una bomba dispuesta a estallar en cualquier momento. 

Jonathan Larson (Daniel Diges), Michael (Julian Fontalvo) y Susan (Anabel García) son solamente tres más de los tantos que en los años 90 eligen Nueva York como destino para probar suerte en el mundo de lo musical, lo dramático, lo artístico. Tres más que reflejan el sino al que la mayor parte de ellos está abocado. El destino al que solo los más valientes se enfrentan. 

Michael, quien prefiere rodearse de lujos para no hacer frente a una realidad que lo persigue de forma casi aterradora. Susan, quien no ha dudado en bajar el listón de sus sueños para poder considerarse más feliz. Jonathan, quien se agarra a sus sueños, se atrinchera y se prepara para todo lo que venga: el aspirante a compositor que trabaja de camarero en Nueva York mientras escribe lo que espera que sea el próximo gran musical americano.

Un espectáculo que, con solo un piano, una buena banda y tres actores, crea la más especial de las historias.

Hay ocasiones en las que hasta los acontecimientos más inesperados acaban sucediendo. O si no que se lo digan a algunos como Jonathan Larson que, en el mismo lugar en el que sólo triunfan las fórmulas repetidas de Broadway, consiguen que gane lo revolucionario, lo innovador, lo especial. 

Fue la película de Netflix estrenada el pasado 2021 protagonizada por Andrew Garfield ‘Tick, Tick… Boom!’ la que abrió la veda y dio paso a un espectáculo que, con solo un piano, una buena banda y tres actores, crea la más especial de las historias.

Si algo se escapa de toda razón y entendimiento es el hecho de que nunca podremos hacer nada contra unas agujas del reloj que avanzan incesantes a nuestro paso. Quizá, lejos de huir, debamos hacer frente y dejarnos llevar por ese ‘tick’, ‘tick’, ‘tick’, tan caprichoso y sobrecogedor que retumba en nuestra cabeza. Puede que perderse de la forma más inesperada sea el comienzo de la gran historia de nuestra vida. Y la única forma posible de estallar. 

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‘We Will Rock You’, larga vida al rock and roll

El musical estrena su segunda temporada en el Gran Teatro CaixaBank Príncipe Pío de Madrid

Imaginemos solo por un momento un mundo sin música. Sin nada que tararear, sin un impulso para bailar, sin una razón por la que emocionarse, o sin una banda sonora para aquello que queremos celebrar. Bien, ahora imaginemos solo por un momento un mundo sin música en directo. Un lugar robótico, distópico, individualista y perseguidor. 

Si en 1970 esto hubiese sido así, no sabríamos lo que es Queen, ni quien es Freddie Mercury ni por qué Wembley suena a inspiración. No entenderíamos la moda de las camisetas sin mangas, ni sabríamos quienes son los campeones y, por supuesto, tampoco sabríamos qué es eso de ‘Bohemian Rhapsody’ ni lo importante que es querer ser libre. Si en 2002 esto hubiese sido así, tampoco se habría estrenado en el  Dominion Theatre del West End de Londres ‘We Will Rock You’ un 14 de mayo.

Con un formato renovado pero manteniendo las canciones de Queen como hilo conductor, el espectáculo vuelve al Gran Teatro CaixaBank Príncipe Pío de Madrid. Xavi Melero y Ferran Fabá (Galileo), Anabel García (Scaramouche), Ivan Herzog (Brit), Cristina Rueda (Ozzy), David Velardo (Khashoggi) y Manuel Ramos (Osborn) serán algunas de las estrellas que formen parte de este despliegue de rock and roll, con tintes de comedia y futurismo. 

Un homenaje a una de las bandas más importantes de nuestra historia que ha sabido teletransportarnos a un futuro distópico en el que cualquier forma de creación artística está prohibida. Algunos rebeldes dispuestos a desafiar esta forma de represión esperan la llegada de Galileo, el único que puede conseguir que regrese la música, el rock y la libertad. Una historia que contada al son de canciones comoSomebody to love’, ‘I want it all’ o ‘Another one bites the dust’ siempre suena mejor.

Mención especial merecen Pablo Navarro, Danny Gómez, Chema Animal, Pazo Bastante y Ángel Reyero, quienes se han encargado de demostrar que no pertenecen a nuestro mismo planeta y que, efectivamente, si la música desaparece, desaparece el mundo con ella. Cinco músicos que forman la banda que en directo cada día nos trae un pedacito de lo que es y será siempre Queen. Pura magia. 

A medio camino entre el concierto y el musical, ‘We Will Rock You’ ha sabido captar la mejor de las esencias de ambos. Con un guión fresco, actual y divertido y una escenografía que sobrepasa los límites de la tecnología nos enseña por qué más de 16 millones de espectadores y 19 países no han podido resistirse a él. 

Hubo un tiempo en el que la vida era real, el amor era real y la música en directo era auténtica. Una época en la que existió un grupo de rock que ahora viaja en el tiempo. Pasado, presente y futuro. Y lo sigue haciendo. Habrá un tiempo en el que seguiremos gritando: “Larga vida al rock and roll”, y no existirá futuro ni distopía que nos pare. De eso va ‘We Will Rock You’. 

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‘Mamma Mía!’, aquí estoy otra vez

Una nueva producción de la obra llega dispuesta a marcar un antes y un después

‘Mamma Mía’ está por todas partes. Está en las canciones que escuchamos en casa, en restaurantes, mientras hacemos la compra o en una reunión con amigos. Está en todos nuestros amores, en los primeros, en los últimos y en los eternos. En los reencuentros con amigos de toda la vida, en las despedidas, en los vínculos que nos unen y separan de nuestros padres. Y ahora está en el Teatro Rialto de la Gran Vía de Madrid

Quién iba a decir a esos cuatro jóvenes suecos que un 6 de abril de 1974 iba a cambiarles tanto la vida ganar el festival de Eurovisión. Quién iba a decir también que, un 6 de abril de 1999, justo veinticinco años después, se iba a estrenar en Londres un musical que iba a llenar butacas hasta llegar a los más de 65 millones de espectadores en todo el mundo. Quién. Un musical creado por Catherine Johnson y Judy Craymer que ha triunfado.

El mayor reto era sin duda distanciarse de todo lo anterior, de otras producciones, de lo que ya se había hecho. De lo londinense. Por eso, Juan Carlos Fisher, director de esta nueva producción del musical, decidió centrarse en la historia, en el qué y no tanto en el cómo: “la historia de ‘Mamma Mía’ es una historia muy conmovedora, divertida y que conecta mucho con todos nosotros, porque todos hemos tenido primeros amores, reencuentros con mejores amigos después de mucho tiempo. Todos hemos tenido segundas oportunidades en el amor“.

Las caras nuevas y las tablas en el escenario se entremezclan dándole un valor más interpretativo que nunca al musical. Se decidió poner al frente a Verónica Ronda, la nueva Meryl Streep, en el papel de Donna y acompañada de Mariola Peña e Inés León, quienes son las encargadas de recordarnos el trío tan bueno que forman estas tres. Entre los candidatos a padre se encuentran el veterano Jaime Zataraín junto a Carlos de Austria y Lluis Canet. La dulzura de Sophie la encontraremos esta vez en Gina Gonfaus y en Jan Buxaderas como Sky. 

Desde que entras al Rialto, te envuelven las barcas, los cócteles y una ambientación digna de quien se quiere ir a pasar los días a una de esas blancas islas. Jaime Zataraín, comenta que: “se ha tenido muy en cuenta la cosa de la isla, que es Grecia, verano, que está todo el mundo preparando una boda, hay mucha gente joven, fresca, sexy, con ganas de celebrar la vida… Y eso en las versiones anteriores yo creo que no estaba tanto”. “Desde que entras al teatro ya estás en una isla griega. La gente se mete directamente en la historia, en el ambiente”, asegura Gina Gonfaus.

El ya inconfundible grupo ABBA y canciones como ‘Dancing Queen’, ‘Mamma Mía’, ‘Money, Money, Money’, ‘Honey, Honey’ o ‘Waterloo’, son un ejemplo perfecto de lo maravilloso que es, en palabras de la protagonista Verónica Ronda, “poder compartir la música, que trascienda y que el espectador quiera también dejarse llevar por este viaje”. A pesar de que las canciones están traducidas y adaptadas, no podían bajar el telón sin mostrarnos un poco del grupo en su estado más puro con un mashup final de tres canciones pensado para que el público baile y disfrute. Que falta nos hace. 

Y es que ‘Mamma Mía’ ya forma parte de nuestra historia. De una historia en la que nos vemos reflejados y que a su vez nos refleja cada día. De unas canciones que, como pocas, son un legado de una generación tras otra. Porque ‘Mamma Mía’ no pasa de moda, porque el amor en todas sus variedades siempre es tendencia y porque quién no querría vivir en una isla griega con las personas más importantes de su vida… Mamma Mía, que gusto nos da este despliegue de arte.

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Marco Moncloa: “La Zarzuela tenemos que hacerla y exportarla desde España porque es un género español”

Tras 35 años sobre el escenario, Marco Moncloa es ya todo un veterano de la Ópera y la Zarzuela que representa el arte de nuestro país. Con la intención de acercar el género lírico a todo el mundo, participa como actor, cantante y director en un proyecto tan pionero y revolucionario como es el I Festival de Zarzuela y Ópera que se celebrará en el Teatro Amaya del 20 de octubre al 13 de noviembre de 2022. En él, se presentarán obras tan emblemáticas como La Gran Vía, Rigoletto, La Corte de Faraón o La Revoltosa: signos de identidad de la lírica.

¿Cómo surge la idea de organizar esta primera edición del festival?

Nosotros desde L’Operamore queríamos traer y acercar el género lírico, un género que creemos que está bastante abandonado por parte de las instituciones públicas. Yo vengo de tres generaciones de zarzuela, le tengo mucho respeto y mucho amor.

Participas en varios de los títulos como actor y cantante, pero además eres el director artístico del festival y escénico en algunos casos, ¿cómo es compaginar tantas facetas diferentes?

Realmente yo soy barítono. Toda mi carrera la he hecho cantando pero siempre he estado muy ligado y muy cerca de la interpretación. Valoro tanto cantar bien como actuar bien, porque creo que un artista es eso, si no es solamente un cantante. Para mi hay dos tipos de personajes: el cantante que canta y hace música y el artista que canta, hace música, y también hace emocionar al público. Yo busco eso en todas mis actuaciones y es lo que exijo ahora en los montajes. Me he atrevido a dirigir y, lógicamente, después de 35 años sobre las tablas quiero poder enseñar a gente joven que está en este proyecto a desenvolverse encima de un escenario.

¿Cuál ha sido el mayor reto para ti?

El mayor reto lo estoy teniendo a diario a la hora de dosificar. Los cantantes líricos que cantamos ópera y zarzuela somos un poco frágiles, tenemos que tener reposo, dormir bien nuestras horas de sueño… Es como hacer vida de deportista de élite. Si entrenas más de la cuenta te puedes lesionar, si no descansas te puedes lesionar, si tienes mucho estrés puede provocar agotamiento muscular y todo esto llevando la producción y la dirección es realmente el mayor reto.

Este festival tiene unos precios bastante asequibles y esta puede ser una oportunidad para acercar el género lírico a todo el mundo.

Es una gran oportunidad viendo lo que se está haciendo por ahí y la poca oferta que tiene el público que quiere ver zarzuela, y no solo durante 5 o 10 días al año. Creo que era necesario un teatro que aunque sea de una forma modesta, ofrezca al público títulos emblemáticos con el mayor de los respetos.

¿Pasa lo mismo con la ópera?

Hay un público que no conoce la ópera y que le gustaría hacerlo, pero no puede acceder a pagar los precios de, por ejemplo, la única casa de ópera que tiene Madrid que es el Teatro Real. Yo creo que Madrid necesita un teatro que tenga una cierta programación a unos precios asequibles.

Madrid necesita un teatro que tenga una cierta programación a unos precios asequibles

¿Cuánto cuestan las entradas para el I Festival de Ópera y Zarzuela?

Nosotros tenemos entradas desde 14 euros, hasta la más cara que son 50. Bastante menos que cualquier comedia musical de las que se ven hoy en Madrid.

¿Qué van a poder encontrar en este festival?

Van a ver algo muy serio, muy trabajado, con muy buenos profesionales que mezclan tanto a aquellos que están deseando comerse el escenario y necesitan una oportunidad de demostrar que tienen una voz y una valía, como veteranos de toda la vida que pisan muy fuerte: Carmen Aparicio, Ricardo Muñiz, Amelia Font, Teresa Castal, Didier Otaola… Gente que lleva muchos años haciendo grandes producciones a nivel nacional y que quieren apostar por el género y poner su granito de arena en este festival del teatro Amaya.

¿Con qué quedarías satisfecho, es decir, que esperas de parte del público para  poder decir: ha merecido la pena el esfuerzo?

Yo me daría por satisfecho si el festival empieza con un público y poco a poco se va llenando la sala. Ese sería mi éxito.

Todas las obras que representáis son imprescindibles y tienen solera en nuestra historia, ¿qué las hace tan especiales?

Son las joyas de la lírica española y del género chico. La composición orquestal y los libretos son maravillosos y enseñan muy bien lo que era el Madrid de la época. Hemos elegido unos títulos que van a encantar, que van a hacer disfrutar y con los que vamos a poder enseñar la forma clásica de hacerlo. Para mi lo transgresor es que vamos a poder hacerlo tal y como quería el compositor, pero desde un punto de vista actoral moderno respetando lo que querían los autores, tanto de música como de libreto.

Hemos elegido unos títulos que van a encantar, que van a hacer disfrutar y con los que vamos a poder enseñar la forma clásica de hacerlo

En concreto La Corte de Faraón se dice que es “fácilmente adaptable a los gustos actuales”, ¿A qué se refiere?

Tiene unos tintes eróticos, sensuales y es muy cómica pero también hay partes vocales muy serias. Puede gustar a cualquier tipo de público: al joven porque no esperará reírse tanto con unas situaciones muy simpáticas, y luego musicalmente es una especie de mini-ópera. El número de presentación de La Corte del Faraón es muy grandioso, muy Aida.

¿Y Rigoletto?

Con la ópera Rigoletto queríamos demostrar también al Teatro Amaya que no solo hay un público al que le guste y quiera ver zarzuela sino también ópera, y que no puede asistir al Teatro Real pero que quiere ir a ver los títulos de siempre. Además, otro público al que queremos acoger es aquel que no ha ido nunca a la ópera y está buscando la oportunidad de hacerlo. Hacemos esta primera incursión con mucha esperanza y mucha ilusión.

La Ópera y la Zarzuela son dos géneros que muchas veces no tienen el protagonismo que merecen o no despiertan el interés tanto como otros, ¿a qué crees que se debe?

La ópera es un tema aparte, porque es algo internacional: un coreano, un norteamericano, un alemán, un inglés conocen Rigoletto. La ópera se hace en todas las casas de ópera de todo el mundo, hay unos cuantos cientos de teatros de ópera, pero la zarzuela no. La zarzuela tenemos que hacerla y exportarla desde España, porque es un género español. En su día, cuando mi madre y mi tío dirigían, conseguimos exportarlo y hacerlo por todo centro de América, Sudamérica, Japón, Israel, Australia, Atenas… y la gente bramaba, y eso que eran extranjeros y no entendían el idioma, solo sentían la música, escuchaban, veían los bailes, las coreografías. Y esto se ha ido perdiendo porque el español en general es un poquito acomplejado, y pensamos que lo de fuera es mejor que lo nuestro.

¿Cómo podríamos cambiar eso?

Yo creo que son las instituciones las que deben actuar. Hay que exigir que el dinero público vaya también para colegios y sepan, al menos, que una vez al año existe un género como este y que igual que llevamos a los niños a ver una obra de Pío Baroja o de Valle-Inclán, pueden ir a ver Zarzuela y darse cuenta de que esto es nuestro. Esto tan bello, esta Verbena, esta Revoltosa, estos Gigantes… Pero es una tarea pública más que privada.

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Una y otra vez, ‘Cantando bajo la lluvia’

Àngel Llàcer,  Manu Guix y Miryam Benedited llevan el musical al Teatro Nuevo Apolo de Madrid

Entre flecos, lentejuelas y perlas que danzan en zapatos que acostumbran a moverse al ritmo de la música. Así es como ‘Cantando bajo la lluvia’ constituye toda un explosión de brillos y colores que nos hacen trasladarnos 100 años atrás: a nuestros queridos años 20

Por aquel entonces tuvieron lugar muchos acontecimientos reseñables en nuestra historia, entre ellos el paso del cine mudo al sonoro y con él una estela de películas y musicales que se han convertido en todo un clásico. Algunos en los mejores de todos los tiempos, y ‘Cantando bajo la lluvia’, con el inconfundible guión de Betty Comden y Adolph Green, no es sino uno de ellos. 

Tras su éxito en Barcelona como el espectáculo más visto de la temporada, el musical aterriza en el escenario del Teatro Nuevo Apolo de Madrid con la intención de conquistar la capital que, no olvidemos, cada vez lucha con más fuerza por conseguir su merecido tercer puesto después de Nueva York y Londres. El tándem perfecto que forman Àngel Llàcer, Manu Guix y Miryam Benedited reaparece dispuesto a darlo todo.

El elenco formado por Miguel Ángel Belotto en el papel de Don Lockwood y Diana Roig como Kathy Selden es una gran forma de completar un engranaje que solo puede tener un espectáculo de estas características. Ricky Mata encarnando al mismísimo Cosmo Brown y Mireia Portas en la piel de Lina Lamont son una más de las ruedas de este circuito que completa un equipo técnico que hace posible lo imposible. Verán ahora de qué les hablo. 

El mayor dilema o responsabilidad al que puede enfrentarse un actor de musicales es cómo ser fiel a la película que interpreta. A su personaje. Bien, la respuesta es fácil para Belotto, quien lleva un tiempo enfrentándose al reto de interpretar a Don Lockwood: “la película es un referente súper importante, pero no puede ser nunca una losa que nos pese”. Por eso, destaca la importancia de quedarse con la esencia pero transformarla y “que sea una Kathy Selden-Diana Roig y un Don Lockwood-Belotto. Siempre hay algo de nosotros en el personaje”.

“Hemos querido mantener muchas cosas que ya directamente son guiños a la película”, comenta Diana Roig. Quizá con esto podamos explicar que el teatro por un momento se olvide de sus limitaciones y haya conseguido que llueva. Sí, que llueva dentro del teatro. Lo que convierte al musical en “técnicamente una locura”, afirma la protagonista. 

‘Singin’ in the rain’ y ‘All I Do Is Dream of You’ son las dos únicas canciones que serán interpretadas en inglés: “porque han sido creadas así y no nos imaginábamos cantándolas de otra manera”, comenta la pareja protagonista. Sin embargo, otras como ‘Good Morning’ sí han sido traducidas y adaptadas para que los espectadores puedan comprender toda la trama y el argumento de la historia. 

El lenguaje de Gene Kelly y Donald O´Connor es único, y Belotto y Roig tenían que buscar su propia forma de llevarlo ante un escenario y un patio de butacas, donde no existe la voz de corten, ni la posibilidad de repetir escenas o de cantar y bailar por separado. Ellos tienen que dosificar su energía en ocho funciones semanales, sin margen de error y repletas de un gran sacrificio que solo puede sanar un público de pie tras cada actuación. 

Esta versión del clásico recuerda a más de uno a Broadway. Quizá porque se cuida hasta el más mínimo detalle. Por el trabajo, el esfuerzo y el cuidado que hay detrás de cada movimiento de los artistas. De quien tiene las tablas necesarias.

En palabras de Belotto, asistir a este musical, a esta expresión de arte, es lo mismo que ir a un lugar donde la gente “se divierte, se enamora, descubre la historia del cine y se traslada”. A esos años 20 que tanto nos regalaron. Tanto que 100 años después seguimos queriendo recrearlos cantando siempre bajo la lluvia. 

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De Londres a Madrid ‘Matilda, el musical’: un éxito asegurado

El Nuevo Teatro Alcalá sube a más de sesenta niños a su escenario

La historia de Roald Dahl y su niña con superpoderes conocida por todos, 12 años de éxito sin precedentes en los más grandes escenarios de Londres, una estela de 99 premios que convertían a ‘Matilda, el musical’ en el espectáculo contemporáneo más premiado: con algo así era difícil no triunfar. 

“Mágico. Energético. Espectacular”, así definían Oriol Burés y Valentina Cachimbo, quienes dan vida a Matilda y la señorita Señorita Trunchbull, el musical. “Matilda es un musical muy mágico, bastante diferente a lo que la gente ha visto aquí en España, y creo que no te deja indiferente”, afirmaba Burés. “La gente entrará de una forma a ver el musical y saldrá de otra. Es de estos musicales que te mueve muchas cosas”

El escenario del Nuevo Teatro Alcalá de Madrid se ha transformado, ahora ya no solo encontramos butacas rojas, palcos, focos o luces, sino que entrar supone trasladarnos a la mente de Matilda: un lugar en el que rebosan los libros. Y no solo eso, también se mueven. Pocas escenografías se han visto como esta. Todo tipo de efectos tienen lugar durante el espectáculo: juegos de luces, compuertas que se abren y cierran, efectos sonoros, visuales… 

Con un elenco formado mayoritariamente por niños es fácil quedar fascinado, y aún más si lo hacen tan bien. Llevan un año y medio preparándose para ello y parece que tanto esfuerzo se ha traducido en unos números musicales, bailes e interpretaciones dignos de ser presentados año tras año en el mismísimo Broadway

Tal y como pedía su director David Serrano, el (muy buen) trabajo de los niños no debe eclipsar interpretaciones como las de Oriol Burés, Daniel Orgaz, Allende Blanco, Mary Capel, Héctor Carballo o Pepa Lucas, así como los movimientos de muchos de los bailarines que forman parte del cuerpo de baile y que participan en la majestuosidad que desprende el espectáculo. 

Sin embargo, la buena relación entre los mayores y los pequeños del equipo no hace sino enriquecer aún más su esencia. Los unos aprenden de los otros, se aconsejan y, sobre todo, se enseñan “a no perder nunca la ilusión”, afirma Oriol. Los niños son un aliciente para dejarse la piel en el escenario “no puedo quedarme atrás, son un tren bala, una compañía de niños super disciplinada, energética, talentosa…”, comenta. 

Uno de los puntos más fuertes del musical (aunque no sea tan claro a simple vista), es la facilidad con la que consigue hacer llegar su mensaje a las miles de personas que se sientan en las butacas con la intención de disfrutar de un rato agradable, pero que no saben en realidad a lo que han ido ni lo que les espera. Han ido a recordar la importancia de que los niños reciban una buena educación, la importancia de cuidarlos, de no maltratarlos, de hacerlos sentirse valorados. Han ido a recordar que los niños después serán los mayores, y que no hay mayor aprendizaje y enseñanza que la propia experiencia: “a los niños hay que cuidarlos”, sentencia la pequeña Matilda Valentina Cachimbo. 

Quién pudiera ser Matilda y ser capaz de mover una y otra vez las agujas del reloj para que nunca llegue la hora de poner fin a aquello que disfrutamos. Como, por ejemplo, de ‘Matilda, el musical’.

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Dirty Dancing, el musical: cuando la nostalgia es sinónimo de éxito

El clásico permanecerá en el Espacio Ibercaja Delicias de Madrid hasta el 11 de diciembre

Es difícil sorprender cuando ya se ha visto todo. Para quien ya tiene una película, una historia de amor mítica, una estética tan marcada y unas canciones que han dado la vuelta al mundo y que, por supuesto, todos recuerdan, quedan ya pocas cosas por hacer. Por esta razón, el reto al que se enfrentaba ‘Dirty Dancing, el musical’ era (si cabe), mayor. Era necesario sacar la artillería pesada. Ir con todo. Usar su as de la manga. Y así lo hicieron. 

Jugar con la nostalgia es una apuesta segura cuando se trata de las personas. Asistir a Dirty Dancing, el musical es más que ir a ver una adaptación: es volver a sentarte en una de esas butacas rojas de los cines del 87, de cuando Netflix sonaba a algo lejano (o no sonaba) o de donde comíamos palomitas mientras deseabas ser tú la que entrase en el cuarto de Patrick Swayze. Pura reminiscencia. 

Y aunque el musical ya había pasado por numerosas ciudades españolas, instaurarse en la capital y hacerlo con éxito siempre ha sido una de las hazañas más difíciles. El Espacio Ibercaja Delicias de Madrid, decorado con banderines que instaban a adentrarse en el hotel Kellerman ‘s, ha sido el elegido para volver a los orígenes. 

Esta vez son Dani Tatay (Johnny Castle) y Sara Ávila (Baby) quienes, dirigidos por Federico Bellone, darán vida a una de las parejas más aclamadas de todos los tiempos. Acompañados de un elenco con el que viajaremos a los años 80 de la libertad, la sensualidad y la rebeldía y de una escenografía que ha sabido hacer muy bien lo suyo. Y tanto. 

En estos casos, términos como la idiosincrasia definen muy bien lo que ocurre en ese escenario. Definiendo a la misma como “aquello característico de una persona o cosa que la distingue de las demás” es fácil distinguir lo que tiene Dirty Dancing y lo que no tienen otros. Dirty Dancing constituye un antes y un después en el baile, es capaz de combinar la historia de un amor rebelde de dos adolescentes mientras trata temas tan importantes como el aborto. Es precursor de todo lo que hemos sido capaces de hacer. 

Dirty Dancing es. Forma parte de nuestra historia y lo hará en un futuro, así que ha sido y será. ¿Cómo es posible que el arte se traduzca en la facilidad de envolver a tantas y tan diferentes generaciones? Pregúntenle a Dirty Dancing.

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Pepa Rus: “La comedia nace cuando te empiezas a reír de tu propio drama”

Da igual comedia que drama: Pepa Rus lo hace todo y lo hace todo bien. En esta ocasión es el monólogo ‘Viva la Pepa’, el que pone en la palestra a la actriz. Una buena dosis de “risa y humanidad”, un papel hecho a medida y algún que otro golpe de suerte que nos harán complicado discernir entre lo real y la ficción. 

La historia de una madre soltera con dos hijas que se convierte en toda una heroína de la noche a la mañana, una Pepa que se enfrenta a la fama efímera, a unas promesas que nunca se cumplen y a una esperanzadora campaña política. Una función dirigida por Juan Luis Iborra que acaba de prorrogarse y que tendrá lugar en el Teatro Lara de Madrid.

Pregunta. ¿Qué tal va ‘Viva la Pepa’?

Respuesta. Estamos muy contentos, porque la verdad que está viniendo gente. Hemos prorrogado a enero y la verdad que es un personaje que me gusta mucho hacer, es un monólogo precioso y que da mucha vidilla.

P. Como experta en comedia, ¿crees que se puede hacer comedia de todo?

R. Sí. Yo creo que de todo se puede hablar desde la comedia, y no deja de tener importancia el mensaje, a veces pensamos que porque se lanza a través de la comedia deja de tener impacto en el público y, en mi opinión, es todo lo contrario.

P. Muchas veces la comedia no es otra cosa que reírse de las desgracias de uno.

R. La comedia es reírse del drama, y cuando te empiezas a reír de tu propio drama es cuando nace la comedia.

P. ¿Lo haces? ¿Te ríes de ti misma?

R. Pues es que no nos queda otra. Los problemas van a aparecer y mientras se puedan ir teniendo un tinte de humor mejor, se sale mejor del bache con un tinte de humor, excepto claro, de cosas que sean dramas sin nada más, pero a veces hacemos drama de cosas que, si estamos acostumbrados a vivir con sentido del humor, viviríamos mejor.

P. En el escenario no conoces la vergüenza pero, ¿y en tu vida diaria?

R. No. Es verdad que no soy nada introvertida, soy bastante abierta y cojo confianza rápido pero claro, no haría las cosas que hago a través de los personajes muchas veces.

P. ¿Qué diferencia hay entre la Pepa de los escenarios y la ficción y la Pepa real, la de su casa?

R. Primero que no tendría ningún interés en meterme en política. Segundo, que ella tiene una manera de vivir y de hablar muy natural, muy tierna y muy del presente, y a mi eso me gustaría aprenderlo del personaje y llevarlo a mi vida.

 

P. En una entrevista, afirmabas que: «(…) al final, por mucho que te muevas, hay algo que no te deja progresar por mucho que quieras si no tienes ese golpe de suerte». ¿Crees en la suerte? ¿Cuánto protagonismo crees que tiene la suerte en tu vida?

R. No es que crea, es que yo he tenido suerte. Puedes llamarlo suerte, azar, destino… Lo puedes llamar de muchas maneras. Pero al final yo creo que estar en el momento apropiado con la gente apropiada es importante. Y eso es una cuestión de suerte, porque tú no sabes lo que va a pasar.

P. Alguna vez te has sentido como la Pepa de tu monólogo, es decir, ¿alguna vez has sentido esa desazón, y de repente, un golpe de suerte llega y te cambia la vida?

R. Sí. Al final hay algo que te hace notar que todo se empieza a mover, que empieza a cambiar. Yo creo que esto es importante para seguir avanzando y evolucionando. Pero sí, tiene que haber esa gota de suerte que si no aparece, te hace mucho más difícil avanzar.

P. En más de una ocasión has comentado que esta obra es un traje a medida, ¿por qué?

R. Esto lo dice Juan Luis Iborra, que es el director y el autor junto a Sonia Gómez, y él lo dice porque se lo pedí. Somos amigos, hemos hecho varias funciones y a raíz de ahí nos hemos conocido, encajamos bastante bien y ya nos hicimos amigos. Un día comiendo, yo acababa de ver `Gibraltareña´ de Elisa Matilla, que la había escrito y dirigido él y, inconsciente de mi, le dije que me hiciera uno y me lo hizo. Por eso él dice que es un traje a medida, porque lo escribió pensando en mí.

P. Juan Luis Iborra menciona que esta obra es una crítica a la sociedad actual, en la que nos preocupamos de todo menos de los temas que realmente importan. ¿Es cierto esto? ¿Nos preocupamos de todo menos de lo importante?

R. Más bien creo que habla un poco de la fama efímera. El personaje critica esto a su manera, la idea de que al final nos centramos en algo muy externo a la sociedad, o incluso algo extraño, y realmente los problemas del día a día no se tienen tan en cuenta. Hace dos semanas no parábamos de hablar del récord histórico de la subida de la luz, y ahora nadie habla de que sigue subiendo la luz y hay gente que no puede pagarla, ahora el covid le ha ganado en popularidad, y aunque está muy bien y nos tienen que poner las pilas y tenemos que aprender, no podemos obviar que sigue subiendo la luz. Al final siempre hay una cosa ahí como del momento.

 

P. Y al hilo de lo anterior, ¿qué es para ti lo realmente importante?

R. Los derechos humanos. Al final, como todo el mundo eres superficial, y yo me centro en los problemas míos diarios pero, si te paras a pensar y a reflexionar un poquito y miras más allá de tu casa, hay mucho que solucionar.

P. Esta es la primera vez que te enfrentas sola al público. ¿Cómo está siendo la experiencia?

R. La primera vez que lo hice yo creía que me iba a dar un paro cardíaco, yo pensaba: y si se me olvida algo, ¿qué hago?, ¿a quién miro?, ¿quién me ayuda? Estas sola. Pasa mucho en las funciones, pero miras a tu compañero y aunque no se sepa tu texto sabe más o menos como ayudarte. Aquí no hay nadie y eso me daba pavor, y me lo sigue dando, de hecho repaso el texto como si no me lo supiera. Es el miedo más grande que tengo: equivocarme y no tener en quien apoyarme.

P. Uno de los temas de este monólogo es la fama. ¿Cómo se lleva esa parte cuando es real y la vives en tus propias carnes?

R. Es que eso tú no lo decides, aparece, por lo que sea. Lo curioso es cuando la gente te saluda y tú no sabes quien es, pero claro, tienes que ser amable porque entiendes que sí, que te conocen, aunque no lo hagan personalmente sí saben bastante de ti. Es algo muy raro que tiene su parte buena y su parte mala, como todo.

P. Para ti es proporcional, ¿cuánta más fama mejor te va?
R. Es verdad que hay muchísimos actores que no se conocen a nivel nacional que son muy buenos actores y no paran de trabajar. Pero al final yo creo que si haces algo internacional pues te van a conocer más y tu fama va a ser mayor, y va a ser un proyecto mucho más imponente que algo más pequeñito. No es que te vaya mejor a nivel personal, sino a nivel profesional. Yo creo que sí que va un poco más proporcionado.

P. Por último, ¿por qué nos recomendarías ir a ver `Viva la Pepa´?
R. Porque es una función donde te lo vas a pasar muy bien, donde la gente no para de reírse en una hora. También porque es un texto digno de escuchar, en el que se hablan de muchas cosas yo importantes. Es un suspiro de humanidad y de risa, por eso hay que verla.

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‘Viva la Pepa’: cómo sobrevivir a la fama y a la sociedad, y hacerlo con gracia

La nueva comedia protagonizada por Pepa Rus

En la vida siempre necesitamos alicientes. Ya sea una onza de chocolate, una hora (o varias) tomando algo con los amigos o una película con mantita. Necesitamos algo que nos sirva como meta para que acabemos rápido lo que sea que estemos haciendo, o viviendo. Pues bien: esa es Pepa.

Pepa es ese alguien que te da energía positiva, aun viviendo algo que dista mucho de ser así. Es la simpatía en la que te centras para llegar a la meta. Y es que ella es, simplemente, pura luz.

Pepa Rus es Pepa, la única madre soltera de dos gemelas de Melilla que tiene la positividad y la alegría de quien no tiene nada más. Un día, sin embargo, todo cambia cuando rescata a un águila en peligro de extinción y se convierte en toda una estrella. Periodistas, políticos,  medios de todo el mundo e incluso la realeza quieren tenerla al lado… hasta que acaban olvidándose de ella, y ninguna de las promesas sobre mejorar su vida y la de sus hijos se cumplen. Eso sí, antes de que su popularidad desaparezca por completo, Pepa tiene un plan: convertirse en la alcaldesa de Melilla y ayudar a sus habitantes.

“¡Viva la Pepa!”, dijo Pepa Rus nada más pisar el escenario con un chándal gris y un carrito de bebé de dos plazas. Nos encontrábamos en el Teatro Lara, en una calle paralela a la Gran Vía, resguardada de los flashes de turistas dirigidos al edificio de Schweppes. Y dentro del teatro, de esa fachada que te pide entrar y disfrutar de su entrada con cristales y columnas de época, está la sala Lola Membrives. Se trata de una pequeña estancia a la que entras bajando por unas escaleras, como quien descubre un tesoro en el sótano de su casa. Está formada por un escenario en el centro y filas de sillas rodeándolo, y a los tres elementos en los que nos centraremos los siguientes 65 minutos: un carrito de bebé, un versátil bloque gris y la indiscutible Pepa (la Chimpa). Fue aquí donde varias personas respondieron a Pepa Rus con un “¡Viva!”.

“Me va a gustar”, pensé justo después de esta primera intervención. Y no me equivocaba.

Creada por Juan Luis Iborra y Sonia Gómez, esta historia nos presenta la realidad en su más absoluta crudeza. Nos habla de pobreza, del proceso de ascenso y descenso de la fama, y de una sociedad actual en la que las prioridades están difusas. Y sin embargo, no hay un solo momento en el que no lo pases bien. Ya sea por el desparpajo de Pepa o por su ingenua naturalidad, lo cierto es que te roba el corazón (y la risa) desde el principio, y te dura hasta el final. Dirigida por Juan Luis Iborra, la obra nos habla de la realidad, sí, pero no se recrea en esas verdades amargas, sino en cómo solucionarlas. O, al menos, en aceptarlas con gracia.

Pepa hace ayuno intermitente involuntario y vive bajo la pobreza en recursos de todo tipo y condición. “Aunque riqueza en el alma”, como nos cuenta que le dijo un día Vicenta, heladera y su mejor amiga. “Pero el alma no alimenta”, le respondía nuestra protagonista a su vez. Y es que es una historia de realidad. De estar arriba, abajo y de levantarse para intentar llegar a un estado vital intermedio. Y aun así, a pesar de contarnos algo tan crudo, si te lo dice Pepa, nuestra protagonista de Melilla, todo cobra un significado y una filosofía distintos.

Con una rapidez de pensamiento increíble, el espectador presencia la vida de la protagonista de una manera tan ágil que ni siquiera te hace consciente de que está pasando el tiempo. Un tiempo marcado por una iluminación distinta ideada por Juanjo Llorens que, junto a la escenografía de Eduardo Moreno, ayuda al público a dividir el tiempo inconscientemente.

Y gracias a Pepa Rus, porque Pepa no sería Pepa si no fuera por ella. El monólogo dura más de una hora, y el público no se cansa de verla en ningún momento. Y ella parece que tampoco. Se mueve por el escenario y se queda quieta; nos hace reír y nos deja pensando sobre algún comentario supuestamente ligero pero lleno de significado al que le das vueltas al salir de la obra. Haga lo que haga, se mete al público en el bolsillo desde el principio. Y nosotros lo aceptamos de buen gusto, porque sería antinatural no dejarla hacerlo.

No tengo nociones de interpretación, tengo que admitirlo, así que no sé cuánta validez puede tener mi opinión, pero memorizar más de una hora de monólogo tiene que ser complicado, y mucho. Y hacerlo con gracia, aún más. Pero ahí está Pepa Rus, con la voz clara con cada línea y haciéndonos sentir cada palabra. Nos convierte en sus confidentes y nos deja con las ganas de tener su número de teléfono, burofax o e-mail para seguir hablando con ella de la vida.

Nos habla como amigos, como quien queda con su grupo de la infancia a actualizarse la vida desde hace tiempo. Interactúa con las filas de sillas, haciéndonos partícipes sin ser protagonistas. Nos hace parte de su historia y, por tanto, de su vida.

Una vida que pudo haberse convertido en un juguete roto, pero que no llega a serlo gracias a la candidatura a unas elecciones a la alcaldía de Melilla. ¿La razón? Ayudar a los demás y evitar que sus vecinos se quemen por el sol y tengan los dientes mal alineados.

Viva la Pepa, sí, y vivan todas las Pepas que salvan águilas todos los días y de las que nadie se da cuenta.

 

Por: Marina Carrasco

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El estreno mundial de ‘Sama-Sama Live Experience’ de Circo del Sol será en Madrid

El próximo mes de noviembre tendrá lugar en la capital española el estreno mundial de Sama- Sama Live Experience, el último espectáculo de la factoría del Circo del Sol. Luces, música, creatividad y mucha tecnología se aúnan para conformar un nuevo concepto teatral en el que el espectador se integra completamente en la función. Hasta 2000 espectadores podrán, en cada pase, participar en juegos y experiencias audiovisuales que lo convertirán en parte misma de la obra.

Si quieres formar parte del gran estreno de este espectáculo sensorial, participativo e innovador en Madrid, hazte ya con tu entrada para el Sama-Sama Live Experience al mejor precio a través de Taquilla.com .

“Sama-Sama” es creatividad, es música, es movimiento, amor y comunidad. O eso dice de esta obra el equipo creativo, que bautiza así la nueva producción en uno de sus vídeos de presentación. Y es que este espectáculo da a luz a un nuevo concepto teatral, que implica de manera orgánica y completa al público durante toda la obra.

La compañía del Cirque du Soleil, en colaboración con Sama-Sama Labs, nos ofrece así una obra en la que la tecnología se torna protagonista para unir a las personas e implicarlas en un nuevo hacer artístico. Afirman que hace diez años no podría haberse creado nada parecido. “Pero no se trata de un proyecto tecnológico, se trata de utilizar esta tecnología para unir a las personas”, afirman desde el Circo del Sol.

Los asistentes podrán de este modo probar un arpa láser, dirigir una orquesta virtual, tocar una batería que está guiada por luces, o cantar, bailar y participar en un vídeo-clip. El escenario se convierte en una suerte de parque de atracciones virtual donde descubrir la tecnología más artística e implicarnos en ella plenamente.

“Primero piensas que es un show, luego descubres que estás en un parque interactivo y de repente te das cuenta que has emprendido un viaje a un lugar mágico que no sabías que existía y que está dentro de ti”, ha explicado el director de la promotora Sold Out, Rafael Giménez.

Desde la dirección proclaman, además, que no podría haberse hecho la presentación en otra ciudad que no hubiera sido Madrid, a pesar de las largas negociaciones que han existido respecto a otras capitales. «Elegimos Madrid por el carácter de la ciudad, su cosmopolitismo, su actitud muy receptora a los proyectos internacionales, y, en concreto, los de entretenimiento, y a la respuesta del público siempre muy activa y muy participativa».

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El galardonado musical ‘Nine’, en Madrid en mayo

‘Nine’, el musical inspirado en la película de Federico Fellini ‘Ocho y medio’, que ya ha triunfado por medio mundo y ahora espera hacerlo en Madrid, donde espectáculo llega por primera vez a los teatros españoles con dos únicas actuaciones previstas para los días 18 y 25 de mayo.

El Teatro Alfil se llenará de magia y míticas melodías, cuando una de las obras más galardonadas de los últimos años hará una aparición brillante (y fugaz) durante sólo dos días. Y es que hablar de ‘Nine’ es hablar de un espectáculo destacado con una férrea trayectoria a sus espaldas, que ya ha recabado siete Premios Tony y diez Drama Desk Awards desde que se estrenase en Broadway en 1982.

‘Nine’ narra la historia de un afamado director de cine que busca desesperadamente inspiración para su próxima película. La realidad y la ficción se mezclarán en su arduo camino a la inspiración, plagado de historias del pasado y del presente, donde una serie de mujeres tratarán de seducirlo sin contemplaciones.

En su versión americana, el musical ha contado con la presencia de actores tan destacados como Antonio Banderas, y ya ha sido representado en Londres, Australia, Buenos Aires, Tokio, Puerto Rico, Manila y Republica Checa, además de en una extensa gira a través de Estados Unidos.

Silvia Álvarez, Tania García, Mamen Márquez, Angels Jiménez, Patricia Clark, Marcela Paoli, Inma Mira, Cristina Rueda, Yolanda García y Carla Diego dan vida a las mujeres que complicarán el camino del protagonista, encarnado en el Teatro Alfil por Federico Barrios, actor y director, cuyo personaje está atrapado entre la verdad y la mentira, en esa encrucijada que es la toma de decisiones y el miedo a crecer como personas.

Una fantasía galopante con una historia deliciosa y una música melodiosa”, se escribió en The New York Times.

Las entradas para el musical Nine en Teatro Alfil de Madrid ya están a la venta a través de Taquilla.com .

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‘Stradivarias’, un espectáculo lleno de música y humor, todos los domingos en Las Ventas

 

‘Stradivarias’, una formación que realiza un combo de música, de humor y de mucha calidad, actúan en el Gran Teatro Ruedo Las Ventas de Madrid en doble función todos los domingos desde el 9 hasta el 30 de noviembre, donde se podrá disfrutar de un espectáculo que también ha arrasado en el extranjero.

 

Los celos, el humor, la astucia, el humor y el glamour, intercalado con la música de un precioso recital son los ingredientes principales de este show, en el que se interpretará a músicos y compositores como Beethoven, Stevie Wonder, Schubert, Queen o The Platters, entre otros.

 

Por complicado que parezca, consiguen crear música cercana a estilos como rock, copla, blues, pop o el barroco. Algo que consiguen al tiempo que cantan y bailan. Las entradas para Stradivarias en Madrid ya están a la venta en Taquilla.com.

 

Este cuarteto está conformado por Isaac M.Pulet quien, disfrazado de mujer, toca el violín; Irene Rouco, el violoncello; Iria A. Prada, hace sonar la viola, e Inma Pastor, contrabajista.

 

Todo su espectáculo está también cargado de momentos de humor y bromas, que intercalan con ciertas demostraciones de sus habilidades. Entre estas se pueden encontrar la ocarina manual, el contrabajo ninja, las muñecas flamencas y alguna otra más.

 

‘Stradivarius’ es un espectáculo apto para todos los públicos, que se puede disfrutar con amigos y con familia, porque los más pequeños también pueden divertiste con este original montaje artístico, aprendiendo al tiempo a apreciar la música de calidad.

 

Si en el extranjero ya ha arrasado, no habrá sido sin motivo. Es modo muy ocurrente de acercar a todos públicos una gran diversidad de estilos musicales, haciéndolo con toques de humor que pueden gustar a cualquiera. ¡No te lo pierdas!

 

 

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Excítame, el crimen de Leopold y Loeb en septiembre y octubre en Madrid

 

‘Excítame, el crimen de Leopold y Loeb’ es un thriller musial de Stephen Dolginoff con producción española de Alejandro de los Santos, que llega el próximo 11 de septiembre al Teatro Fernán Gómez de Madrid, donde permanecerá hasta el 19 de octubre, ofreciendo una función diaria de miércoles a domingo.

 

Situándonos en Chicago en los años 20, esta obra está basada en la historia real de Nathan Leopold y Richard Loeb, dos estudiantes y asesinos que en aquella época eran conocidos por su afán de perpetrar el crimen perfecto a través del asesinato de un joven adolescente.

 

El plan que tenían era aparentemente perfecto: había que escoger  una víctima al azar y persuadirla para que diera una vuelta con ellos en su flamante coche, que sería el lugar del crimen. Una vez cometido tan cruento asesinato, llegaron los problemas pues, despistados ellos, dejaron unas gafas en el autocar. Esta fue la evidencia que obligaba a la policía a condenarles en prisión de por vida.

 

Sin embargo, no es el crimen la trama principal de tan conocida obra. Es pues una disculpa para sumergir al espectador en el devenir de la relación entre Leopold y Loeb. Una relación que no hará otra cosa que complicarse y poner en entredicho los verdaderos intereses de una amistad contaminada por el amor y el sexo, la pasión y el sometimiento.

 

La manipulación, el intercambio en las relaciones de poder y un inesperado giro final son los principales elementos que dan forma a ‘Excítame, el crimen de Leopold y Loeb’, una obra que se estrenó en 2006 y que ya ha sido representada en siete países y traducida a cinco idiomas.

 

En España, la obra está interpretada por el propio productor, Alejandro de los Santos, que representa a Nathan Leopold, y por David Tortosa y Marc Parejo, quienes alternan el papel de Richard Loeb. Además cuenta con las colaboraciones especiales de Pedro Casablanc, Adolfo Fernández y Miguel del Arco, quienes ponen sus voces en off.

 

Las entradas de Excítame, el crimen de Leopold y Loeb ya están a la venta en Taquilla.com.

 

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El musical ‘Marta tiene un marcapasos’, en Teatro Olympia de Valencia

 

Marta tiene un marcapasos, el musical de Hombres G, llegará el próximo 11 de septiembre al teatro Olympia de Valencia, desde donde partirá a ciudades como Vigo, Bilbao, Mallorca o A Coruña para continuar su gira de esta temporada.

 

Con canciones de Hombres G, uno de los grupos más míticos de España, el musical ‘Marta tiene un marcapasos’ comienza con el flechazo que sufre Marta al conocer a Nico y a su amigo Ringo durante el viaje de México a España en busca de su padre. Este flechazo, que se convierte en un triángulo amoroso, se complica cuando los tres nuevos colegas llegan al chiringuito que regenta el padre de la chica.

 

Esta trama que habla sobre el amor y la superación de los problemas que nos encontramos en la vida, es contada a través de los veinte principales éxitos del grupo pop español, entre los que no pueden faltar ‘Sufre mamón’, ‘Venezia’, ‘Suéltate el pelo’ o ‘El ataque de las chicas cocodrilo’, entre muchos otros.

 

Además de un gran equipo creativo, dirigido por Borja Manso, la supervisión en todo momento de los cuatro componentes de Hombres G, David Summers, Javi Molina, Rafa Gutiérrez y Dani Mezquita, ‘Marta tiene un marcapasos’ cuenta con un elenco y una banda musical que no se quedan atrás.

 

Quienes ya han disfrutado del musical, afirman que ‘Marta tiene un marcapasos’ es una fantástica experiencia para quien le gusten los grandes musicales y para todos los fans de Hombres G, que añaden una nueva faceta a su brillante carrera musical y artística.

 

Las entradas de ‘Marta tiene un marcapasos’ en Valencia ya están a la venta en Taquilla.com.