Categorías
Especiales Espectáculos y teatro

Enrique Salaberría, presidente de Smedia: «Solo podemos trabajar con el 100% del aforo»

Teatros cerrados, cientos de funciones canceladas, economías inciertas. La crisis sanitaria provocada por la COVID-19 ha puesto en jaque al teatro en nuestro país, un sector ya de por sí quebradizo, de difícil supervivencia. ¿Cuál es la verdadera situación actual, las causas de estas dificultades, cuáles las posibles consecuencias? ¿Cómo debería reconstruirse el teatro? Hablamos con Enrique Salaberría, presidente del Grupo Smedia, en busca de posibles respuestas.

Smedia es sinónimo de teatro en la capital. En plena Gran Vía, en la calle Alcalá o en Aranjuez. Pero también en otros puntos de España donde, cada vez más, la empresa apuesta por una programación variada y de calidad. Y no sólo programan, también producen, realizan y distribuyen teatro. Desde musicales a comedia, desde obras infantiles a zarzuela. Es fácil inferir que la crisis sanitaria provocada por la COVID-19 les ha infligido un duro golpe a diversos niveles: “A las empresas nos ha afectado con una pérdida económica importantísima, que ha sido de alguna forma amortizada por los ERTEs.” Pero reconoce que las autoridades han estado a la altura: “Desde un carácter económico y de estructura de empresa, creo que las instituciones han tomado unas medidas muy solidarias con el sector. La comunidad de Madrid, el ayuntamiento, han estado donde corresponde”.

Resolutivo y perseverante por naturaleza, Enrique Salaberría habla con pasión por el teatro, una devoción cultural que se filtra lentamente a través de los aspectos más técnicos de la conversación: gestión, programación, problemáticas del sector. Dibuja un futuro en el que la necesidad de comunicación humana supera cualquier traba e impedimento. Un futuro que, eso sí, necesita de la capacidad adaptativa del teatro y de la industria. “Necesitaremos avanzar con prudencia, pero no una prudencia cobarde. La distancia más corta entre dos puntos no es siempre la línea recta”, afirma el presidente del Grupo Smedia.

Sin embargo, hoy día el teatro es un sector frágil por definición. Con los años ha derivado en un sector precarizado. “Una parte del sector, los últimos 20 años sólo sobrevive. Y sobrevive con una estructura pública de subsidio y ayudas[…] pero al final es gente o que tiene una relación muy personal con el administrador del momento o se come colines”.

¿Ha servido toda esta situación para evidenciar algún punto débil estructural del teatro a nivel nacional? “Rotundamente sí”, contesta  Salaberría convencido. Algunos culpan a un fomento insuficiente de la cultura, Enrique insta a la industrialización del teatro como requisito indispensable para poder enfrentarse con más solvencia a las crisis y al día a día. “En el mundo del teatro no hemos construido hasta ahora la idea de que somos una industria, y esas carencias nos están haciendo ir a la cola con respecto al cine, por ejemplo”. El presidente de Smedia prosigue, “Hablando en volumen cualitativo, no cuantitativo, podríamos decir que pocas empresas reunimos mucha actividad y hay muchas empresas que reúnen poca actividad. Lo que ha evidenciado esta crisis y las medidas que se han tomado es que muchas empresas no quieren creerse que esto es una industria. Guste o no, lo es”.

Pero donde hay crisis, nacen oportunidades. Y es ahí donde Salaberría despliega todo lo aprendido durante sus largos años de experiencia empresarial.  “El teatro se ha adaptado a lo largo de la historia. Han surgido el cine, las telenovelas, los parques temáticos…que son una imitación de lo que ocurre en un escenario, de contar historias. Pero el teatro sigue ahí. Llevamos unos 5000 años haciendo cosas encima del escenario.”

 La movilidad limitada y la incertidumbre de cara a los próximos meses no parecen ser un problema. El turismo está en el aire, pero surge así “la gran oportunidad de redescubrir nuestras propias ciudades, nuestros teatros, nuestras costumbres”. La falta de movimiento turístico conlleva también una potencial reconexión con el público de Madrid: “El teatro tiene una gran oportunidad de ofrecerse a los madrileños y de reconectar con ellos. De la misma forma que no hay movimiento interprovincial, la gente de Madrid se quedará en Madrid. Nosotros ya nos comunicaremos con ellos para que nos elijan dentro de su ocio. Queremos que estos madrileños que se quedan en Madrid, que son muchos millones, compartan con nosotros la experiencia de las artes escénicas: vivir experiencias que hasta ahora no vivían”.

¿El corto plazo? Incierto. Con aforos limitados, plazos provisionales y legislación cambiante, el conjunto de teatros españoles comparten dudas e incertidumbre: “Solamente podemos trabajar con el 100% del aforo.” Nos confirma Salaberría. “Porque el teatro es una catarsis, y si desperdigas al público en el patio de butacas, si no puede vivir esa energía comunitaria… va a preferir quedarse en casa.” La mayoría de teatros comparten la misma filosofía. “Eso obliga a entender que el teatro se hace con aforo completo. Nosotros esperaremos y confiaremos en la responsabilidad del público”.

No sabemos con exactitud cuándo el teatro abrirá de nuevo sus puertas, pero en Smedia están listos para continuar. “Tenemos todo preparado, nosotros trabajamos programando a dos años vista. En cuanto veamos que tenemos que arrancar, iremos reincorporando al personal necesario para recuperar toda la empresa. Yo creo que a partir de julio, el germen de la vuelta va a ser imparable. Pero que sea imparable no significa que vaya a ocurrir de inmediato: durante un año va a haber una especie de estado de serrucho con lentas aperturas y esperas.”

El teatro siempre será teatro. Siempre buscará la manera de llegar al público, de canalizar esa necesidad de comunicación humana, de contar nuestra historia. Encontrará el canal aunque las circunstancias cambien. Lo expresa mejor Salaberría: “Ahora se dice mucho lo de “todo esto va a cambiar”, pero hay cosas que yo creo que no van a cambiar. El que se enamore, se enamorará, el que se separe, se separará, el que llore llorará, y el que ríe, pues reirá. No puede cambiar el por qué ríes, el por qué te enamoras, el por qué lloras o el por qué te separas. Y esas historias, las vamos a seguir contando”.

Volveremos al teatro.