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«Todos»: cuando la verdad y el amor escasean

Hace un tiempo, para finalizar el curso académico de su escuela de interpretación, Queralt Riera se enfrentó al reto de escribir una obra para ocho de sus alumnos. Así nació Todos. Quizá la dramaturga no esperaba que el destino de este trabajo fuese otro bien distinto. «Nuria se enamoró de este texto y siempre dijo que tenía que representarse en el Lara» cuenta Riera. Se refiere a Nuria Tomás, coproductora y actriz de la pieza, con la que hace unos años creó el binomio perfecto: Nuqart, una productora teatral basada en el proceso creativo que apuesta por la verdad sobre el escenario. Así nació la idea de la bombonera de Don Cándido para acoger a Todos y la voluntad fue correspondida: «A Antonio Fuentes le gustó el texto y nos programó.» relata la autora.

De esa decisión al estreno, el pasado 24 de enero, han pasado unos meses de trabajo intensivo en los que la obra ha vivido una constante transformación, pero sin perder la esencia que la hace única. «Una vez llegaron los actores, tratamos de poner el máximo cariño en el proyecto y este ha sido el resultado: una obra sobre la verdad y desde la verdad», recalca Queralt. Un elenco formado por jóvenes actores y actrices muy distintos entre ellos pero que, con esfuerzo, han conseguido captar el alma de Todos y crear una combinación ideal. «Hemos tomado mucho tiempo en conocer en profundidad a los personajes, en preguntarle a Queralt todo sobre ellos. Es una obra muy viva en la que no dejamos de experimentar», confiesa Erika Bleda. Rafa Maza está de acuerdo con esto: «Seguimos construyendo a los personajes día tras día, en cada función. Esto aporta espontaneidad y refuerza el vínculo entre nosotros, dentro y fuera del escenario».

Ambos junto a Nuria Tomás, Carlota Baró, Erika Bleda, Carles Pulido, Yara Puebla, Óscar Morchón y Carla Berrocal dan vida a un grupo de amigos curiosamente heterogéneo, pero con algo en común: la pérdida de Charly. Tras la muerte del joven, su hermana Martina (interpretada por Bleda), decide organizar una fiesta para juntar a todos y leer las cartas que dejó Charly a cada uno antes de morir. «Él es el que nos une y cuánto más trabajamos la unión entre nosotros, mayor es la conexión con Charly. Es esa persona que no está, pero que está en todos», asegura Carles Pulido, quien da vida al primo de Martina y Charly.

Queralt Riera. Todos, el musical. Fotografía Ana Belenguer.
                        Queralt Riera, autora y directora de Todos, sentada en el patio de butacas de la sala Cándido Lara | Fotografía: Ana Belenguer.

Los personajes de Todos son jóvenes de ahora, que viven sus vidas como autómatas. Amor, desamor, autoengaño, ilusión, resignación… El escenario se convierte en un espejo para los que disfrutamos del espectáculo desde nuestra butaca. Verse reflejado tiene su magia, pero también un toque amargo. Por eso Todos hace que, como bien expresa Óscar Morchón, te des cuenta de que necesitas hacer lo que realmente quieres: «Yo soy pianista y una vez me corté el dedo. Lo pasé fatal porque pensé que lo perdía y algo hizo click en mí. Me olvidé de todas las minucias de las que me quejaba y, de repente, ese dedo pasó a ser lo más importante de mi puta vida. Gracias a ese accidente, ahora me dedico a esto. Cuando pierdes a un familiar es igual, las nimiedades de la vida pasan a un segundo plano. Eres consciente de que no tienes todo el tiempo del mundo y solo quieres vivir.»

En el transcurso de la fiesta de Charly, el grupo vive momentos de diversión en contraste con los instantes de reflexión, representados en forma de intensos soliloquios que destapan las verdades de cada personaje. La autora define a la perfección lo que nos llega desde las tablas: «en la fiesta queda plasmada la falta de verdad y amor en sus vidas. Ya no pueden sostener más las mentiras, se rompen y solo pueden empezar desde la verdad». Todos es el ejemplo perfecto de que el teatro cuenta la vida. Hacerlo de forma creíble, sin un ápice de ficción ni adorno, como afirma Erika Bleda «es una gran responsabilidad como actriz».

Las canciones acompañan al texto a lo largo la representación, pero Todos no es un musical al uso. Por dos motivos: las increíbles voces del elenco y el talento que desprende cada acorde de piano. Esto, sumado a que el autor de los temas de la obra es el conocido compositor de cine Alfonso G. Aguilar, hace las delicias de nuestros oídos desde el minuto uno. Yeyo Bayeyo, testigo presente que acompaña con la música en directo a todo lo que ocurre en el escenario, reconoce la gran suerte de que el compositor se prestase a poner la música: «Ha sido un placer. Nos ha dejado libertad para manejar y adaptar los temas. Además, nos va a componer dos canciones más». Queralt Riera afirma que hacen un gran equipo, ya que tanto en la música como en el texto, van a seguir experimentando y «aunque la decisión final se toma desde dirección, la flexibilidad para que todo el mundo hable está siempre ahí».

Parte del elenco de Todos. Teatro Lara. Fotografía: Ana Belenguer
                  De izquierda a derecha: Queralt Riera. Óscar Morchón, Carles Pulido, Rafa Maza, Yeyo Bayeyo y Erika Bleda | Fotografía: Ana Belenguer.

A pesar de que resulta difícil ver los resultados con perspectiva cuando estás embarcado en un proyecto, todo el equipo coincide en que la acogida ha sido cálida. Un feedback que Erika cree «necesario para absorber la energía del público y alimentarse de ella sobre el escenario». No cabe duda de por qué Todos gusta tanto. La autora lo tiene claro: «la obra habla de todo lo que nos pasa a todos. cualquier persona que venga se va a sentir identificada». Todos nos invita a reflexionar sobre el ritmo y curso de nuestras vidas. A no caer en la rutina y la resignación. A no dejar pasar el tren. Todos se te mete dentro y remueve tus emociones más profundas, despertando algo que seguramente estaba dormido: las ganas de vivir de verdad, de gritar, de pasar a la acción. Y eso la convierte en única e imprescindible.