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Una y otra vez, ‘Cantando bajo la lluvia’

Àngel Llàcer,  Manu Guix y Miryam Benedited llevan el musical al Teatro Nuevo Apolo de Madrid

Entre flecos, lentejuelas y perlas que danzan en zapatos que acostumbran a moverse al ritmo de la música. Así es como ‘Cantando bajo la lluvia’ constituye toda un explosión de brillos y colores que nos hacen trasladarnos 100 años atrás: a nuestros queridos años 20

Por aquel entonces tuvieron lugar muchos acontecimientos reseñables en nuestra historia, entre ellos el paso del cine mudo al sonoro y con él una estela de películas y musicales que se han convertido en todo un clásico. Algunos en los mejores de todos los tiempos, y ‘Cantando bajo la lluvia’, con el inconfundible guión de Betty Comden y Adolph Green, no es sino uno de ellos. 

Tras su éxito en Barcelona como el espectáculo más visto de la temporada, el musical aterriza en el escenario del Teatro Nuevo Apolo de Madrid con la intención de conquistar la capital que, no olvidemos, cada vez lucha con más fuerza por conseguir su merecido tercer puesto después de Nueva York y Londres. El tándem perfecto que forman Àngel Llàcer, Manu Guix y Miryam Benedited reaparece dispuesto a darlo todo.

El elenco formado por Miguel Ángel Belotto en el papel de Don Lockwood y Diana Roig como Kathy Selden es una gran forma de completar un engranaje que solo puede tener un espectáculo de estas características. Ricky Mata encarnando al mismísimo Cosmo Brown y Mireia Portas en la piel de Lina Lamont son una más de las ruedas de este circuito que completa un equipo técnico que hace posible lo imposible. Verán ahora de qué les hablo. 

El mayor dilema o responsabilidad al que puede enfrentarse un actor de musicales es cómo ser fiel a la película que interpreta. A su personaje. Bien, la respuesta es fácil para Belotto, quien lleva un tiempo enfrentándose al reto de interpretar a Don Lockwood: “la película es un referente súper importante, pero no puede ser nunca una losa que nos pese”. Por eso, destaca la importancia de quedarse con la esencia pero transformarla y “que sea una Kathy Selden-Diana Roig y un Don Lockwood-Belotto. Siempre hay algo de nosotros en el personaje”.

“Hemos querido mantener muchas cosas que ya directamente son guiños a la película”, comenta Diana Roig. Quizá con esto podamos explicar que el teatro por un momento se olvide de sus limitaciones y haya conseguido que llueva. Sí, que llueva dentro del teatro. Lo que convierte al musical en “técnicamente una locura”, afirma la protagonista. 

‘Singin’ in the rain’ y ‘All I Do Is Dream of You’ son las dos únicas canciones que serán interpretadas en inglés: “porque han sido creadas así y no nos imaginábamos cantándolas de otra manera”, comenta la pareja protagonista. Sin embargo, otras como ‘Good Morning’ sí han sido traducidas y adaptadas para que los espectadores puedan comprender toda la trama y el argumento de la historia. 

El lenguaje de Gene Kelly y Donald O´Connor es único, y Belotto y Roig tenían que buscar su propia forma de llevarlo ante un escenario y un patio de butacas, donde no existe la voz de corten, ni la posibilidad de repetir escenas o de cantar y bailar por separado. Ellos tienen que dosificar su energía en ocho funciones semanales, sin margen de error y repletas de un gran sacrificio que solo puede sanar un público de pie tras cada actuación. 

Esta versión del clásico recuerda a más de uno a Broadway. Quizá porque se cuida hasta el más mínimo detalle. Por el trabajo, el esfuerzo y el cuidado que hay detrás de cada movimiento de los artistas. De quien tiene las tablas necesarias.

En palabras de Belotto, asistir a este musical, a esta expresión de arte, es lo mismo que ir a un lugar donde la gente “se divierte, se enamora, descubre la historia del cine y se traslada”. A esos años 20 que tanto nos regalaron. Tanto que 100 años después seguimos queriendo recrearlos cantando siempre bajo la lluvia.