Entrevista a Jorge Astyaro, el hombre que se propuso hacer realidad tus sueños
Avalado por una carrera de más de 20 años sobre los principales escenarios de España y Latinoamérica, sin olvidarnos de su participación en programas de la talla de Late Motiv de Buenafuente, Jorge Astyaro es considerado uno de los mejores mentalistas del panorama internacional. Un reconocimiento más que merecido, ya que su profesionalidad ayuda a cientos de personas a vivir situaciones soñadas o a reconciliarse con su propio pasado. Ahora, aterriza en el Teatro Lara con su reputado espectáculo 'Los Hipnonautas', para hacernos vivir una auténtica experiencia cada lunes a las 20:00 h.
Desde Taquilla.com hemos hablado con él para intentar conocer un poco más sobre el hipnotismo:
Tras cuatro temporadas , ¿qué es lo que se van a encontrar todos aquellos valientes que se atrevan a vivir en primera persona Los Hipnonautas?
Se van a encontrar un espectáculo de hipnosis real. Mucha gente no se termina de creer la hipnosis por la imagen que tienen de las películas la televisión, pero aquí, en el Teatro Lara, van a ver una experiencia de hipnosis real de principio a fin: desde la elección de los voluntarios, hasta la selección de estos para dirigirles a ese estado de trance donde van a poder experimentar las sensaciones que yo les plantee como si fueran totalmente reales, haciendo posible cumplir sus sueños y fantasías.
Actualmente los principales teatros de nuestro país han hecho una apuesta muy fuerte por los espectáculos de magia, hipnosis y mentalismo, ¿qué tiene de especial Los Hipnonautas en relación con otros shows similares?
Es un espectáculo de hipnosis a la carta: normalmente es el hipnotizador quien decide las experiencias, las plantea y las realiza, el espectador simplemente sube y se pone en manos del hipnotista. Sin embargo, Hipnonautas es una experiencia de hipnosis personalizable, es el espectador el que selecciona su experiencia a través de un menú: pueden desde volar al espacio, viajar a otro planeta y sentir la sensación de ingravidez, hasta volver a tener 5 años y regresar al colegio. La idea de Los Hipnonautas es convertir a todos los espectadores en viajeros de los sueños y hacer realidad sus anhelos de una forma muy real y divertida, como por ejemplo tener súper-poderes o ser una estrella de la música que actúa en un estadio repleto de gente.
Que el público marque el ritmo y el guión de espectáculo, ¿no es algo muy arriesgado para ti?
Eso es lo más difícil dentro de un espectáculo de hipnosis, yo dependo en un 90% de la gente que participa y de la capacidad que tienen de entrar en ese estado de trance. Por lo que una de las principales habilidades que tiene que tener cualquier hipnotista es saber identificar rápidamente a esas personas que van a poder disfrutar realmente de la experiencia. Siempre es como saltar al vacío sin paracaídas, nunca sabes lo que va a pasar y es algo que lo hace aún más interesante, nunca se sabe lo que va a ocurrir, siempre es algo nuevo. De ahí lo especial de Los Hipnonautas, cada función es única y si repites las sensaciones serán totalmente diferentes que las anteriores.
Los Hipnonautas ya se ha consolidado como un espectáculo de hipnosis de referencia, ¿qué novedades trae esta cuarta temporada en el Teatro Lara?
Siempre vamos cambiando y mejorando el espectáculo. A mi me gusta ir avanzando y mejorando constantemente la experiencias, tratando de que cada vez sean más gratificantes y sorprendentes para el espectador. Aunque la estructura básica se ha ido manteniendo a lo largo del tiempo, las experiencias siempre han ido cambiando. Además, en Hipnonautas tratamos que todos los espectadores se enganchen y puedan experimentar la hipnosis, incluso que los que se quedan en su butaca puedan vivir las mismas sensaciones que los que se suben al escenario.
Y tras una carrera tan larga sobre los escenarios dejando que el público sea el encargado de dirigir el espectáculo, ¿nunca has vivido un momento de crisis, algún peligro o situación incontrolable?
En mis 20 años de carrera me han pasado muchas cosas, pero eso no quiere decir que la hipnosis sea una actividad peligrosa. No tiene nada que ver con la idea que suele tener la gente de que vas a perder la conciencia, el control o la voluntad. La hipnosis activa el proceso psicológico de la imaginación y, curiosamente, el inconsciente al no realizar diferenciación entre lo real y lo imaginario, hace que puedas llegar a sentir real lo que no lo es. Un ejemplo muy claro son aquellos sueños tan intensos que los recordamos como si los hubiéramos vivido de verdad. En Hipnonautas nunca vamos a llevar a nadie a una situación en la que no se sienta a gusto durante la experiencia, por lo que si detecto que alguien no lo está pasando bien directamente lo sacamos de su trance y hacemos que regrese a su sitio para que disfrute del espectáculo.
¿...y alguna situación que se te haya quedado grabada a fuego en tu mente?
Una de las situaciones que más que han impresionado a lo largo de mi carrera fue la historia de una chica a quien le gustaba mucho la literatura. Le di un libro y le dije que leyera cualquier párrafo que le llamara la atención y en él encontraría la respuesta a algún conflicto interior que estaba teniendo actualmente. Cogió el libro que le di, lo abrió, comenzó a leer el párrafo y, efectivamente, me dijo que esa cita le solucionaba una situación por la que había estado muy preocupada. Cuando le pregunté de quién era el libro, la saqué del trance y le pedí que lo revisase. La sorpresa llegó cuando se dio cuenta de que el libro estaba en blanco, no había nada escrito, todo lo había conseguido crear ella en su imaginación con tal exactitud que me dejó sin palabras.
¿Hasta que punto entra em juego la predisposición de la persona que va a ser hipnotizada para poder entrar el trance?
Lo primero que tiene que existir es una voluntad de ser hipnotizado. Éste es un proceso sugestivo llevado a un nivel bastante alto, por lo que la persona tiene que por lo menos querer ser dirigido a ese estado de trance. Si una persona sube al escenario a retarme, lo más probable es que no pueda hipnotizarla ya que va a estar en una posición de resistencia, pero si tú crees en ello y sigues las pautas que te dicto, seguramente puedas vivir sensaciones inimaginables. Eso no quiere decir que las personas que no saben si creer o no en el hipnotismo no puedan llegar a vivir la experiencia. De hecho, se suelen sorprender mucho más que una persona que tiene muchas expectativas o ya tiene una idea preconcebida.
Adentrándonos más en todo lo que gira en torno a hipnotismo, ¿qué sensaciones van a experimentar todos esos valientes que se quieran convertir en unos verdaderos hipnonautas?
No es fácil describirlo, es una sensación parecida a la duermevela, ese momento en el que te estás empezando a quedar dormido, donde tu imaginación se activa mucho y puedes ver, sentir y escuchar todo a tu alrededor, pero al mismo tiempo te estás quedando dormido. Me gusta poner como ejemplo esa sensación que experimentas cuando vas conduciendo, pones el piloto automático y no te acuerdas cómo has llegado a tu destino, porque venías en tu mundo interior, pero nunca llegas a perder la conciencia.
Y como conclusión, ¿cómo animarías a todas aquellas personas que sienten reticencia, desconfianza e,incluso, miedo para que prueben a vivir esta experiencia?
Yo lo que suelo decir es que ¡vengan, véanlo! y luego se quedarán con ganas de participar. No tienen por qué subir, no se le obliga a nadie, lo ves y si luego te convences puedes probarlo una segunda vez.
El riesgo más grande que existe en Los Hipnonautas es que se acerquen mucho al escenario y se caigan, hipnotizado o no, de momento nadie puede flotar. La hipnosis no es peligrosa, ya que lo que único que hace es activar la imaginación. Entiendo que a mucha gente le pueda dar miedo porque piensa que le vas a obligar a decir o hacer cosas que no quiere, pero un hipnotista nunca te va a poder obligar a hacer nada que vaya en contra de tus principios ni de tu moral. No lo puedes hacer porque si la persona hipnotizada no se siente a gusto o amenazada simplemente no respondería a tus peticiones. Un hecho curioso es que todas las personas inmersas en ese trance, aunque no de forma consciente, pueden mentir sin ningún problema.