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Entrevista Sho Hai: Cuando termino una canción me sale la misma sonrisa que cuando empecé a escribir hace 20 años

“Hola. Somos Rumba, Juez y Hate y nos llamamos Bufank. Te envíamos una maqueta, a ver si te gusta”. Así es como empezó todo. Hace más de 20 años, Sho Hai enviaba sus primeros casettes a tiendas de toda España, con la esperanza de que gustasen y sacarse un dinerillo. Con un PC 486 muy probablemente robado (eso funcionaba con carbón, hermana), recursos muy limitados y la misma pasión por su profesión que ahora.

Varias formaciones y muchos éxitos después, Sho Hai se encuentra con La Última Función entre las manos. Su segundo disco en solitario. Y muy lejos quedan aquellas tiradas de 500 cintas que tenían que nombrar con boli y enviar una por una. Nos encontramos con él en un bar de menús, de los de cañas generosas y decoración pasada que huele a fritura y elegancia de otro tiempo. Sho Hai, de enorme envergadura y sonrisa bondadosa, parece sentirse cómodo.

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Sergio Rodríguez, alias Hate, alias el Mago Beodo o el hombre de los mil alias, el as de los juegos de palabras que no necesita presentación, es todo lo que cabría esperar. Guarda en la mirada una historia tremenda de éxito musical no asimilado, cubierto de tremenda naturalidad, humildad y algo de timidez ya superada. Genio y silencio.

Quiere hablarnos de La Última Función: un tiro directo a la sien que explota en el presente con sonidos familiares del pasado. Una nueva muestra de su magia métrica, riesgo silábico de la marca inconfundible de la casa. Una colección de canciones que reafirman un estilo incombustible, que mantienen la esencia de Violadores del Verso como ningún otro disco hasta el momento. Seis años le separan de su último disco. Preguntamos a Sho Hai qué ha pasado todo este tiempo.

“He estado haciendo conciertos, poniendo música y escribiendo”. Porque puede dejar de grabar o de leer, pero nunca de escribir. Es un romántico renovado: el móvil hace de socorrido cuaderno diario donde vomitar frases que, con el tiempo, van tomando forma con el boli en el papel. Cientos, miles de frases. “Hace ya tres años que tenía en mente el sacarme un maxi single, y cuando vi que tenía tres o cuatro canciones acabadas empecé a verlo y a tirar de frases de archivo. Tengo tantas ideas que podría sacar tres discos perfectamente.”

Un rapero que no teme, que no tiene nada que demostrar porque ya lo es todo por sí mismo. Que tan pronto revienta de rabia en verso como te argumenta una sofisticada tesis sobre las gracias y desgracias de un inodoro. “Se ha perdido mucho el homenaje al lenguaje. Ahora mucha peña hace cosas guapas, pero otros tantos se limitan a escribir basándose en la rima. No juegan con las métricas. Nosotros nunca lo hemos dejado de hacer: jugar con el lenguaje es algo que me pide el cuerpo.”

Sho Hai es un hombre de luces y pocas sombras, aunque ha decidido arrancar el disco con ‘El Preferido de la Luna’, un tema de rima machacante y algo psicótica que resuena con tintes oscuros. «Escuché la instrumental de R de Rumba hace tiempo y dije: joder, esta tiene que ir para la intro del disco. Eso lo tenía claro. La segunda, (Desnudo) es más alegre, pero es verdad que la tercera y la cuarta también son más oscurillas. Pero seguramente sea plena coincidencia, por poner un orden al disco. De hecho probablemente en este disco haya más luz que en el anterior

Es inútil preguntarle si le ha gustado más el resultado de una u otra canción: “¿Ahora mismo? Imposible elegir una, macho, me quedo con todas. Todas tienen su miga.” Y al oírle hablar, es fácil creer que ha volcado un poco de su alma en cada uno de esos temas.

¿Eres muy perfeccionista con las canciones?

Sí, siempre lo he sido, macho. De hecho, cada vez más, limo rebarbas y asperezas, tacho mucho hasta dejar todo niquelado. Cada canción es mucho esfuerzo. Yo no hago por ejemplo 20 canciones y dejo 15 para el disco: cada canción que hago ha tenido un proceso de limpieza, de lavado, y sale en el disco. Porque me gusta dejarlo todo acabado y perfecto y todo ese curro no va a ser para no salir… (los huevos). Tiene que salir, sí o sí.

Estando aquí, frente al Gran Maestro Beodo, no podemos dejar de preguntarte algo. ¿Cómo fue tu primer acercamiento al alcohol?

(Rimando:) Mi primera borrachera de Cointreou y Vodka con quince”…lo canto en viejos ciegos con Kase O. Con sólo 15 años o 14 íbamos a una discoteca que casi ni nos dejaban entrar… pero te daban alcohol con quince años, los desgraciaos. Iba con R de Rumba y con el hermano del Kase O a una discoteca se llamaba Scracth. La copa valía 250 pesetas con la entrada, co. En esa época no tenías nada de dinero, y te decías ¿qué me puedo pedir que me de un buen pelotazo? Pues nada…Cointreaou con Vodka, que me tomaba uno de esos y ya… Ibas a las ocho de la tarde porque a las 12 ya tenías que estar en casa. Luego ya nada, descubrías el parque, menos mal, ponías un bote de 300 pesetas, y te comprabas tus cervecitas calientes en el Prica y te ibas al parque a hacer el malandrín. La verdad que en el instituto estaba guay, macho. Ahora emborracharte ya no es lo que era, co.

El alcohol al final me ha inspirado mucho, Desde la primera maqueta, y se me ha acabado encasillando en esta etiqueta. Que me lo he ganado a pulso, co, Y cuando sacamos Haciendo lo Nuestro hace tiempo, ya volví a sacar el tema: “Bebo litracos, litronas, galimbas cuarenta onzas…”. Pensé “después de hacer esto ya no puedo volver a hablar más del alcohol”, y siempre hay una vuelta de tuerca . Pero en este último disco hablo de muchas otras cosas.

Es por todos conocida tu aversión a las entrevistas, tu timidez, incluso alguna vez has hablado de pánico escénico. ¿El rap nació entonces como una necesidad de expresarse? ¿No es un poco masoca obligarse a subir a un escenario en estas circunstancias?

(Ríe) Siempre he usado el rap como vía de escape. El rapear y sacar tus mierdas co, me ha ayudado con esta timidez en mi vida en general, que siempre me he callado mucho las cosas. Nunca he sido mucho de hablar, pero cuando escribo echo todos mis pensamientos. El mejor psicólogo es un boli y un papel, macho. Yo se lo recomiendo a todo el mundo: aunque no rimes ni nada, escribe todo lo que se te pase por la cabeza. Cómo estás, cómo te sientes, eso es cojonudo.

¿Y cómo te enfrentaste a los primeros conciertos?

Mi primera actuación delante del público fue a finales de 1994, porque tocaba Lírico con Gangsta Squad y Kase O en un pueblo de Zaragoza que se llama La Almunia de Doña Godina. Yo tenía una canción en la maqueta del Lírico (Violadores del Verso) y allí que me fui. Era un bar en el que ni siquiera había escenario, co, recuerdo estar rapeando encima de la barra de bar. Me daba con el techo en la cabeza, menos mal que era de placas blandas y se subía para arriba. Un buen debut, allí no nos conocía ni Dios. No creo ni que nos pagaran, pero me puse fino de comer y de beber.

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¿Cómo se recibe tu música ahora en Latinoamérica?

Es muy difícil distribuir en Latinoamérica, pero lo intentamos. El año pasado estuve con Xhelazz y R de Rumba en Argentina, en Buenos Aires y en Santiago de Chile, y es una auténtica pasada. El público argentino…son súper pasionales. Notan que vas de fuera, que vas de ciento en viento, y tratan de disfrutarlo muchísimo más. Y vaya sangre tienen. Una pasada, co. La primera vez que fuimos con Violadores fue en el año 2001, a Bogotá, a un festival de 30 o 40 mil personas. Y te vuelves a tu ciudad sintiéndote de la leche, con el pecho palomo. Estaría guay presentar el disco por ahí, también.

Aunque Violadores del Verso no está en activo, parece que nunca desaparece del todo: colaboraciones, conciertos juntos…¿Hasta qué punto sigues siendo parte de Violadores del Verso en tu día a día? ¿Qué significa para ti?

Violadores sigue siendo un grupo que ni nosotros sabemos realmente el alcance que ha tenido. Es muy bonito, porque hemos abarcado desde peña de nuestra edad hasta chavales que ahora pueden tener 12, 13 años, y que se me acercan para pedirme una foto. Es una movida, la gente se vuelve a enganchar a Violadores, co. Que hemos sacado tres discos, no más. Pero se ha hecho tan grande eso por si mismo que flipamos. Con el tiempo lo vas viendo, pero nunca lo asimilas. Es algo que está ahí en stand by, pero siempre está presente y siempre lo estará.»

Cuando decidimos a sacar discos en solitario no es porque estuviésemos cansados. Dar esos conciertos con Violadores es precioso, no te puedes cansar de eso jamás en la vida. Pero sí que es verdad que necesitábamos hacer nuestras cosas en solitario, expresarnos, a modo de reto personal de decir: ‘venga, puedo con esto también’.

Y está claro qué podéis.

“Sí macho, así a lo tonto, ya tengo el nuevo disco en la mano. Y no me lo puedo creer. Lo veo y me pongo a olerlo y todo. Huele especial, huele a aromas del Caribe. Han sido años de trabajar duro, pero lo haces con gusto, co. Yo no he perdido la gustera de estar escribiendo, con el tiempo que conlleva, y sentirme como Dios al final cuando acabo una letra. Soy de escribir de noche, puedo estar 8, 9 horas peleándome con el ritmo, y quizá levantarme al día siguiente con la letra en la cabeza. La nocturnidad siempre me ha molado. Y, puede sonar pedante, pero te levantas pensando que eres el mejor. Cuando termino una canción me voy con una sonrisa como me pasaba hace 20 años cuando escribía. Creo que eso se nota a la hora de transmitir a la peña. Yo me lo paso pipa escribiendo, es cojonudo. No lo cambiaría por nada, es todo un sueño.»

Sergio es un artista indiscutible del lenguaje, tímido pero cercano, genio pero callado. Desde niño le ha gustado el rap, aunque recuerda cómo sonaban Los Beatles en la casa de su infancia: “todo hits macho, siempre me han gustado.” No lee mucho, pero tiene pendiente el último libro de Irene X, cuya poesía lo tiene fascinado. “Es una bestia. Lo que escribo es una mierda a su lado.”

Sergio también reniega de la industria de la música, prefiere no saber nada de ella. No han tenido muy buenas relaciones en el pasado: “cuando Violadores sacamos nuestro primer disco y nos pusimos en primer lugar de lista, las multinacionales hacían cruces: ‘¿Estos quién cojones son?’ Llegamos sin promoción de nada y nos pusimos por delante de Malú y no se quién más. Intentaron incluso impugnar esas listas.” Y en medios de masas es parecido: “En radiofórmulas no nos quieren. Recuerdo que nos quisieron invitar una vez a Música Sí, pero nos pedían que moderásemos el discurso, que no dijéramos tacos. Ovbiamente no fuimos.”

Buena declaración de principios que ni siquiera hace falta. Y es que “algunos viven de la música pero no la viven”. Menos mal que nunca será su caso.

GIRA SHO HAI

Puedes comprar aquí tus entradas.

Valladolid – Viernes 12 de Enero – En LAVA / Laboratorio de las Artes de Valladolid

Pamplona – Viernes 19 de Enero – En Zentral Kafe Teatro

Vitoria-Gasteiz – Sábado 20 de Enero – En Sala Jimmy Jazz Eszena Gasteiz

Málaga – Viernes 26 de Enero – En Sala La Trinchera

Granada – Sábado 27 de Enero – En Revert Industrial Copera Clubbing

Castellón de la Plana – Jueves 1 de Febrero – En La Burbuja

Valencia – Viernes 2 de Febrero – En Sala Club LA3

Alicante – Sábado 3 de Febrero – En Sala The One

San Sebastián – Viernes 23 de Febrero – En Sala Doka

Bilbao – Sábado 24 de Febrero – En Sala Back Stage Live de Bilbao

Zaragoza – Viernes 2 de Marzo – En CMA Las Armas

Barcelona – Viernes 9 de Marzo – En Sala Apolo

Lleida – Sábado 10 de Marzo – En Sala La Boite

Huesca – Viernes 23 de Marzo – En Sala el 21 o El Veintiuno

Logroño – Sábado 24 de Marzo – En Norma Disco Club

Santa Cruz de Tenerife – Viernes 30 de Marzo – En Aguere Espacio Cultural

Gran Canaria – Sábado 31 de Marzo – En Sala La Choza de Maspalomas

Madrid – Viernes 13 de Abril – En Sala Mon Live de Madrid (Penelope)

Toledo – Sábado 14 de Abril – En Sala Los Clasicos

Vigo – Jueves 19 de Abril – En Sala Masterclub

Santiago de Compostela – Viernes 20 de Abril – En Sala Capitol

A Coruña – Sábado 21 de Abril – En Discoteca Playa Club

Gijón – Viernes 4 de Mayo – En Sala Acapulco (Casino Asturias)

Salamanca – Sábado 5 de Mayo – En Sala Potemkim